La tecnología que permite caminar a niños con parálisis cerebral: “La capacidad emocional es grandísima”

La tecnología que permite caminar a niños con parálisis cerebral: “La capacidad emocional es grandísima”

“Nunca pensé que mi hija iba a estar montada encima de estos aparatos tan maravillosos”, así cuenta Paula, la madre de Elena, una niña con afección neuromotora, la experiencia de su hija con el nuevo exoesqueleto pediátrico Atlas 2030 con el que cuenta desde hace unas semanas el Hospital de León. Una tecnología revolucionaria para la rehabilitación de niños con patologías neuromotoras, como la parálisis o el daño cerebral adquirido y que les ayuda a aumentar su autoestima y a vivir una vida plena. Este exoesqueleto se adapta a cada niño de forma personalizada para lograr que su rehabilitación avance al máximo y potenciar así sus emociones positivas.

Además de tener un excelente resultado en los pacientes, facilita también el trabajo de los profesionales rehabilitadores y terapeutas. Por otro lado, estas mejoras propician un aumento en el bienestar de familiares y cuidadores, por lo que se prevé que su uso se extienda hasta más de 20 niños de este centro hospitalario leonés. En los próximos meses también se incorporará al Hospital de El Bierzo.

La progenitora de la pequeña Elena agradece, además, al equipo multidisciplinar que compone el hospital al que acude su hija para poder recibir las sesiones de rehabilitación. “Hay que tener en cuenta que sin ellos todos los pacientes que atienden aquí no estarían en las condiciones en las que están”, comenta Paula y agrega: "Estos niños lo necesitan, es muy importante para su vida diaria".

Una niña con parálisis cerebral utiliza la tecnología Atlas 2030 (Imagen cedida: Conserjería de Salud de la Junta de Castilla y León) Una niña con parálisis cerebral utiliza la tecnología Atlas 2030 (Imagen cedida: Conserjería de Salud de la Junta de Castilla y León) Una niña con parálisis cerebral utiliza la tecnología Atlas 2030 (Imagen cedida: Conserjería de Salud de la Junta de Castilla y León)

Javier Sánchez, médico rehabilitador de la Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital de León, explica a El Confidencial cómo funcionan estos exoesqueletos: "Lo que hace es simular una marcha. Son niños que no han caminado nunca, que tienen un caminar muy patológico, por lo que es un tratamiento bastante exigente para ellos". Además, el especialista subraya que "son niños que trabajan mucho, ya que a nivel cognitivo están perfectamente", y matiza: "El único problema que padecen es una afectación motora severa y el hecho de caminar es algo bastante exigente para ellos".

El médico sostiene que la idea inicial es comenzar con dos sesiones semanales de una hora con cada paciente. "Hay que estirar la musculatura e incluir la colocación en el dispositivo y la marcha. Conforme vayan avanzando en el uso del dispositivo, podrán caminar más y aprovecharemos ese momento de estar de pie para estimular más a los niños", destaca.

El aparato cuenta con dos tipos de funciones. La primera es pasiva, es decir, para niños que no tienen ningún tipo de movilidad en miembros inferiores. Por otro lado, esta tecnología también tiene una funcionalidad activa-asistida. Es la que se emplea con niños que pueden moverse y el aparato les ayuda a completar los movimientos. "Ese activo-asistido es muy interesante en niños que sí tienen algo de capacidad funcional, pero no son capaces de caminar por sí mismos", señala Sánchez.

Andrea Muñoz

"Aunque un niño que no tenga movimiento en las piernas, en el momento en el que lo ponemos de pie, fortalece el abdomen, el tórax y la musculatura. Además, evita que aparezcan deformidades axiales, como puede ser una escoliosis y mejora la musculatura de miembros superiores, porque el tronco está preparado para estar recto", sostiene el especialista.

De momento, seis niños han podido probar ya esta experiencia a la que han reaccionado con entusiasmo. "El hecho de que el niño se sienta de pie, la emoción que siente y la sensación de poder mirar hacia delante es indescriptible", comenta Sánchez y continúa: "La capacidad emocional que genera eso es grandísima. Y a los padres que pueden ver a su hijo caminando cuando pensaban que no lo iban a ver nunca… es muy emocionante".

El modelo que ya se está utilizando en este hospital ha sido creado por Marsi-Bionics, una spin-off del Centro de Automática y Robótica, vinculado al CSIC, a partir de una investigación liderada por la ingeniera vallisoletana Elena García Armada, quien ha sido reconocida entre los 10 mejores científicos de España.

Ocho articulaciones activas

El exoesqueleto ATLAS 2030 dispone de ocho motores sensorizados que aportan movilidad a los niños de entre un 1 y 1,3 metros de estatura y que han perdido la capacidad de caminar debido a la debilidad o espasticidad muscular provocadas por lesiones cerebrales o medulares, u otras enfermedades neurológicas.

Este modelo sustenta al niño desde el tronco hasta los pies y entre sus ventajas se encuentra que no requiere control torácico, que se le puede añadir un sistema de sujeción de cabeza, y que está compuesto por ocho articulaciones activas que aportan movilidad total en todas las direcciones. Sus dimensiones son fácilmente ajustables al crecimiento del niño, y se coloca en unos minutos.

Fran Sánchez Becerril

Va acompañado de un marco auxiliar que se puede acoplar al exoesqueleto para garantizar la seguridad del paciente y aportar al niño la sensación de caminar por sí mismo, así como facilitar al terapeuta la posibilidad de interactuar con el paciente cara a cara, sin necesidad de mantenerse detrás sujetándolo.

El exoesqueleto interpreta la intención de movimiento del paciente de forma no invasiva y responde a esta intención en cada paso. Los diferentes estudios realizados hasta el momento indican que el uso de esta tecnología española refleja un aumento de la fuerza muscular en miembros inferiores, mejora el rango articular en articulaciones de cadera y rodilla, así como de la función respiratoria.

De igual forma, reduce contracturas musculares y regula el tono muscular, previene o retrasa complicaciones músculo-esqueléticas propias de las enfermedades neuromusculares y mejora la capacidad de realizar actividades de la vida diaria con el consiguiente aumento de autoestima y bienestar.



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