El 70% de las jóvenes se identifica con un trastorno alimentario: "No recuerdo haber tenido nunca buena relación con la comida"


         El 70% de las jóvenes se identifica con un trastorno alimentario: "No recuerdo haber tenido nunca buena relación con la comida"

Los casos de TCA se han disparado desde la pandemia y cada vez son más graves y en edades más tempranas.

A Andrea Pérez le diagnosticaron un trastorno de conducta alimentaria (TCA) hace cinco años, pero su problema viene de mucho atrás. "No recuerdo haber tenido nunca una buena relación con la comida. Ni siquiera una buena autoestima. Recuerdo ser muy pequeña y decirle a mi madre a la hora del baño: 'Mamá, soy la gorda de clase'", cuenta a 20minutos. Esta madrileña es una de las 400.000 personas que padecen algún TCA en España, de los cuales 300.000 son jóvenes de entre 12 y 24 años. Se trata, de hecho, de la tercera causa de enfermedad crónica en la adolescencia, según datos de la Fundación Fita.

Bulimia, anorexia, trastorno por atracón… los TCA van calando poco a poco y de forma silenciosa. Muchas veces se tarda años en identificarlos, incluso por la persona que los padece. Y superarlos acarrea tiempo y esfuerzo, en un largo proceso que implica reconciliarse con las inseguridades. Porque un TCA no es tanto una relación tóxica con la comida, sino más bien con uno mismo. Pérez tiene 25 años y todavía sigue en ello. Está mejor, dice, aunque reconoce que los pensamientos continúan apareciendo de vez en cuando: "Son lo último que se va".

Ella recuerda detectar los primeros síntomas en Bachillerato, con atracones agravados por la ansiedad de los exámenes. De ahí, pasó a obsesionarse con la comida sana y entró en un bucle peligroso: no comía y, cuando lo hacía, volvían los atracones. Y de los atracones empezaron los vómitos. "El vómito es una cosa muy adictiva. Fue ahí cuando supe que tenía un problema, porque es algo que crees que no vas a hacer en la vida y de repente te ves haciéndolo", reconoce.

Las redes sociales potencian los TCA

La salud mental ha empeorado para los jóvenes en todos los sentidos. Un estudio reciente de la Fundación Manantial revela que, además, la relación con el cuerpo y la comida es mucho más grave entre las chicas: el 71% de las jóvenes se identifica con un TCA, frente al 27% de los chicos. La situación es grave, y se ha agudizado desde la crisis sanitaria: los ingresos se dispararon un 20% durante la Covid. Más de uno de cada cinco adolescentes muestra signos de algún trastorno alimentario, según un estudio publicado en la revista JAMA Pediatrics. "Son casos más graves y más complejos, donde inciden otros factores que tienen que ver con las redes sociales", explica a este periódico María Carrera, psicóloga clínica y presidenta de la Asociación Española para Estudio Trastornos Conducta Alimentaria (Aeetca).

No hay más que entrar en cualquier red social para ver cómo se difunde continuamente un ideal de delgadez y hábitos que no siempre son saludables. Un estudio pionero en España demuestra que, a mayor uso de redes sociales, mayor probabilidad de desarrollar un TCA. La investigación —publicada en la revista International Journal of Mental Health and Addictionsostiene que la exposición a "imágenes de individuos que se ajustan a los cánones de belleza dominantes" puede llevar a la "comparación social" y, por ende, "aumentar la insatisfacción corporal" y potenciar los trastornos alimentarios.

Hay, de hecho, un TCA muy vinculado a las redes sociales, que es la ortorexia nerviosa, la obsesión por comer sano. Pérez pasó también por esta fase. De hecho, dice, fue el germen de todo lo posterior: "Estaba en la universidad ya, y me iba bastante bien. Ahí descubrí el Real Fooding que, a mí, personalmente me ha hecho mucho daño. Me obsesioné, y a nadie le alarmó porque seguía sacando buenas notas, estaba más segura de mí misma... era la luna de miel de la enfermedad. Pero claro, llega un momento en que el peso no baja como tú quieres. Y está también el miedo a comer ciertos alimentos. Había veces que intentaba comer un bollo, por ejemplo, y pensaba que me iba a matar al momento. No podía ni verlos. Entre eso y el que quería seguir adelgazando llegó un momento en el que necesitaba restringir cada vez más, empecé a hacer ayunos muy fuertes... y de ahí a la anorexia.

La adolescencia, factor de riesgo

La pandemia y la expansión del uso de las redes sociales ha sido, por tanto, el caldo de cultivo para esta "avalancha" de casos de la que habla Carrera, quien incide en que, además de verse casos cada vez más graves, se dan en edades más tempranas: "Antes la edad media de inicio de anorexia era sobre los 14 años y de bulimia un poco más tarde. Ahora tenemos a bastantes menores de 12 años". Que los trastornos aparezcan ahí, explica, "no es casual", ... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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