
El de Navaluenga y el del Ibi, los más graves, están ya controlados y sin llama activa, pero aún no extinguidos.
España vive un fin de semana de riesgo extremo de incendios debido a las altas temperaturas, las fuertes rachas de viento y la abundante vegetación seca. Las condiciones climáticas son idóneas para la rápida propagación de incendios, por lo que amplias zonas están en alerta ante posibles focos que podrían descontrolarse rápidamente. Toda vez que las autoridades han controlado ya el incendio de Méntrida (Toledo), que afectó esta semana a las provincias de Toledo y Madrid, la atención se centra ahora en diferentes focos que han surgido durante el viernes y el sábado en diferentes lugares por todo el país.
Por suerte, los dos peores, el de Navaluenga en Ávila y el de Ibi en Alicante, han evolucionado favorablemente. Aunque no están extinguidos, ambos están controlados y sin llamas activas. El primero ha devastado 1.500 hectáreas y el segundo 185, y se espera que durante la noche del sábado al domingo la situación mejore aún más.
En cambio, la preocupación aumenta en Badajoz: El incendio declarado este sábado en la localidad pacense de Valdecaballeros presenta una evolución "bastante desfavorable", muy lejos de poder ser estabilizado, y supera ya con creces las 1.000 hectáreas afectadas, fundamentalmente de pasto, a falta de mediciones oficiales.
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