
A pesar de su pasado colonial, España cuenta con solo 281 toneladas de oro. Para poner en perspectiva, Estados Unidos, alberga 8.133.46 toneladas de oro en su reserva.
España y Portugal, vecinos en la península ibérica, comparten muchos elementos culturales e históricos, entre ellos, la colonización, un periodo en el que lograron hacerse con muchos recursos provenientes desde América. Aun así, ambos presentan marcadas diferencias económicas y financieras.
Y es que a pesar de que España es la duodécima economía más grande del mundo, con una población y un producto interior bruto (PIB) significativamente superiores, Portugal posee una ventaja llamativa en un activo muy codiciado en tiempos de incertidumbre: el oro. Actualmente, el país luso cuenta con 382 toneladas de oro en sus reservas, mientras que España mantiene 281, y Estados Unidos, el país que más oro tiene, unas 8.133.46 toneladas.
El valor del oro portugués supera al español en más de 10.000 millones de dólares, algo que no se explica únicamente por el pasado colonial de ambos países, sino en decisiones políticas y económicas del siglo XX.
¿Por qué Portugal tiene más oro que España?
La explicación, como muchos de los males de España, recae en el periodo de la Guerra Civil Española. El gobierno republicano utilizó más de 500 toneladas de oro del Banco de España para adquirir armamento, principalmente importado desde la Unión Soviética. Este episodio tiene un nombre histórico, el "Oro de Moscú", y significó una pérdida irreversible de reservas en un momento crítico.
Por obvias razones, al finalizar el conflicto, España se encontró prácticamente sin oro, y la dictadura de Franco tardó décadas en reconstituir las reservas. Por su parte, Portugal, bajo el régimen autoritario de António de Oliveira Salazar, aplicó una política monetaria conservadora basada en la acumulación de oro.
La neutralidad portuguesa durante la Segunda Guerra Mundial permitió comerciar con ambos bandos, especialmente con la Alemania nazi, que pagaba sus compras en oro, parte del cual fue robado de territorios ocupados. Esta operación convirtió a Portugal en uno de los principales receptores de este metal durante la guerra. Para 1974, año de la Revolución de los Claveles, Portugal acumulaba 866 toneladas de oro, una de las mayores reservas per cápita del mundo en ese momento.
Una nueva crisis en las reservas de oro españolas
Durante las décadas posteriores, Portugal realizó ventas parciales de oro para diversificar sus activos y adaptarse a las necesidades de liquidez, pero sin llegar a vaciar sus reservas. En cambio, España, durante el primer gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2008), vendió casi la mitad de sus reservas en apenas cuatro años, reduciéndolas a los niveles actuales.
Estas ventas se hicieron a precios considerablemente más bajos que los actuales, lo que implicó una gran pérdida potencial de valor. En retrospectiva, según, El Economista, esta decisión se basó en una estrategia de diversificación hacia activos financieros más rentables, como bonos, en un momento de bonanza económica, antes de la crisis que dejaría una gran parte de los españoles y del mundo en general, en la ruina.
Las circunstancias globales han cambiado radicalmente desde entonces. La incertidumbre reina nuevamente, y las bajas tasas de interés, la pandemia, la guerra en Ucrania y la creciente inestabilidad geopolítica han devuelto al oro su estatus como refugio seguro. Hoy, el metal dorado ha recuperado protagonismo, y muchos países revalorizan sus reservas estratégicas.