El país de Europa poco conocido al que puedes viajar sin gastar mucho: un tesoro por explorar cerca de Rumanía


         El país de Europa poco conocido al que puedes viajar sin gastar mucho: un tesoro por explorar cerca de Rumanía

Esta antigua república soviética apenas se tiene en cuenta a la hora de planear viajes, y a pesar de estar a la otra punta del continente respecto a España, esconde auténticas maravillas tanto arquitectónicas como naturales.

Francia, España e Italia, por ese orden, son los países más visitados de Europa, y es que millones de turistas de todo el mundo viajan a estas naciones para descubrir las célebres maravillas que son famosas en todo el mundo, como la Torre Eiffel en París, la Sagrada Familia en Barcelona o el Coliseo en Roma, pero la realidad es que el 'Viejo Continente' oculta muchos más tesoros. Hay infinidad de lugares europeos que no se suelen tener en cuenta a la hora de planificar los viajes, aunque lo cierto es que se tratan de destinos apasionantes que esconden increíbles joyas.

Algunos países europeos reciben pocos visitantes a lo largo del año, pero los turistas no saben que se están perdiendo absolutas reliquias. En esa lista se encuentran naciones como Luxemburgo, Liechtenstein, San Marino... e incluso Moldavia. Esta joven nación en Europa del Este pasa muy a menudo por debajo del radar de los viajeros, pero en su pequeña extensión (es solo unos kilómetros más grande que Cataluña) se pueden encontrar infinidad de maravillas tanto arquitectónicas como naturales, y además es uno de los destinos más baratos a los que se puede viajar.

Así es Moldavia: una joya europea muy barata

Moldavia es una de las numerosas repúblicas que nacieron de la caída de la Unión Soviética (URSS). Enclavada entre Rumanía y Ucrania, la influencia rumana en el país se puede notar prácticamente en todos y cada uno de sus rincones, aunque su cercanía con Rusia hace que la idiosincrasia del 'Oso Tricolor' esté muy presente en el territorio moldavo.

En su capital, Chisinau, (la única urbe del país con más de 150.000 habitantes) vive casi una cuarta población del país, y a pesar de que no tenga casi monumentos destacables, no deja de ser toda una experiencia para descubrir un choque histórico de lo más curioso: los puntos más antiguos como la Catedral de la Natividad se combinan con los edificios brutalistas que sirven de reminiscencia de la época soviética.

Eso sí, no hay lugar más nostálgico de la URSS que Transnitia, un estado independiente no reconocido situado entre el río Dniéster y Ucrania en el que las figuras de Karl Marx, Vladimir Lenin y Josef Stalin siguen siendo veneradas. Adentrarse en sus bares, sus edificios y pasear por sus calles es viajar en el tiempo hasta la época del Telón de Acero, algo que no dejar de ser tremendamente peculiar en el año 2025.

Lejos de la gran ciudad del país, en la Moldavia más rural, se esconden auténticas joyas como el monasterio de Orheil Vechi, probablemente el gran tesoro de la nación y que se está completamente rodeado de parajes impresionantes. La naturaleza moldava es sin duda una de las más infravaloradas de toda Europa, ya que además de escarpadas montañas, extensos prados y el Dniéster, también se pueden ver inmensos viñedos, ya que la vinicultura está muy presente en todo el territorio.

Descubrir todos los tesoros moldavos puede ser una alternativa increíble a los destinos más conocidos de Europa, pero lo mejor es que hacerlo puede salir muy económico: Moldavia es uno de los países más baratos de todo el continente, con precios irrisorios tanto para pernoctar como para comer. Por ello, es una opción magnífica para hacer un viaje sin tener que desembolsar una gran cantidad de dinero.

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