Ana Girón Dolader: "Hacer una FP no es excluyente de cursar un grado universitario"


         Ana Girón Dolader: "Hacer una FP no es excluyente de cursar un grado universitario"

La labor de orientación es fundamental en los centros formativos para guiar a los jóvenes en su elección profesional.

La adolescencia es una etapa muy difícil, llena de inseguridades pero, también, de grandes decisiones. Para acompañarles en ese camino de incógnitas del futuro laboral están los orientadores, una figura fundamental en los centros formativos. No solo proporcionan toda la información necesaria para elegir el mejor camino profesional, sino que también están a su lado durante todo el proceso. La orientadora Ana Girón Dolader les guía cada día en el Instituto de Educación Secundaria Sierra de San Quílez de Binéfar (Huesca) con sus dudas.

¿Para qué salidas laborales en concreto recomendarías una Formación Profesional frente a un grado universitario? ¿Y al revés?

La Formación Profesional supone estudios más prácticos y técnicos mientras que un grado universitario es más académico y teórico. Por tanto, las salidas laborales de la Formación Profesional son más específicas y orientadas a perfiles técnicos concretos, mientras que las de los grados universitarios son más amplias, versátiles y con mayor proyección hacia puestos de responsabilidad, investigación o dirección.

Ahora bien, cuando en mi día a día tengo que hablarles sobre los itinerarios educativos a los y las adolescentes y sus familias, le hago reflexionar acerca del perfil de estudiante que tienen, por lo que tienen que tener en cuenta diferentes cuestiones además de la ya comentada:

El hábito de estudio es esencial, si han llegado a 4º ESO sin ponerse a estudiar por las tardes, con notas de suficiente en las materias instrumentales y con el mínimo esfuerzo, un bachillerato puede llegar a hacerse muy duro.

"La Formación Profesional supone estudios más prácticos mientras que un grado universitario es más académico"

Es importante el tipo de metodología con la que una persona aprende mejor. Una clase magistral no está hecha para todo el mundo y una clase práctica sobre una aptitud concreta tampoco. El mundo académico puede llegar a ser demasiado abstracto o alejado de la práctica para determinadas personas, mientras que la Formación Profesional ofrece una vía más concreta, aplicada y orientada al mundo laboral real. Un ciclo formativo te acerca antes al mundo laboral y no todos quieren o tienen la necesidad de acceder tan directamente.

Otro factor es tener claro el objetivo que se persigue. Aquellos estudiantes que han acabado, o bien 4º ESO o bien 2º Bachillerato, y no saben qué quieren estudiar, tienen dos opciones: optar por la FP en una familia profesional que les interese y/o en la que muestren destreza, o probar un grado universitario que crean que les puede gustar. Para esto hay que sopesar las implicaciones. Un ciclo formativo dura dos cursos y al acabar obtienes un título de técnico, por lo que puedes acceder al mundo laboral y la inserción en él es más directa, además se hacen prácticas en empresas durante el ciclo. Un grado universitario dura cuatro cursos (algunos más) y algunos puestos de trabajo que solicitan universitarios suelen pedir que exista una especialización posterior que puede exigir un máster. Además, económicamente hablando, la Formación Profesional tiene un coste menor. Si el objetivo no se tiene claro, esta información es importante.

En la adolescencia este tipo de decisión es muy complicada. Por supuesto hay adolescentes que tienen claro qué es lo que quieren estudiar o qué profesión quieren desarrollar, pero muchos otros no. Lo esencial es que tengan toda la información para tomar la mejor decisión posible. Por otro lado, debemos tener en cuenta que una Formación Profesional no es excluyente de cursar un grado universitario.

Es necesario sopesar también las implicaciones económicas y de tiempo a la hora de elegir los estudios

¿Cuáles son las dudas más frecuentes que tiene el alumnado una vez empieza a gestionar su futuro?

Muchas veces no saben ni por dónde empezar a decidir. Les surgen dudas de todo tipo: sobre el acceso a los distintos estudios, los salarios que pueden esperar al terminar, en qué consisten exactamente ciertas profesiones, a qué se dedicarán si eligen un camino u otro, si en determinada carrera seguirán estudiando matemáticas o si en cierto itinerario se continúa con inglés, dónde se estudia lo que les interesa, etc. Cada estudiante es un mundo y tienen preocupaciones diferentes.

Uno de los aspectos a los que se dedica más tiempo para resolver sus dudas es la elección de asignaturas optativas tanto en la ESO como en Bachillerato. Según el itinerario que sigan, deberán escoger unas u otras optativas. Muchas veces tienen que anticiparse y pensar en dónde se ven dentro de cuatro años o más para poder tomar la decisión adecuada. Por ejemplo, es importante que quienes terminan 3º de ESO y deben elegir las optativas de 4º piensen ya en los estudios postobligato...

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