:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F8be%2F219%2F69e%2F8be21969ec6a362016e17b76110162d5.jpg)
"Sánchez ha preferido pasar por la humillación a la que le ha sometido Puigdemont y plegarse a sus imposiciones, como es la cuestión de confianza que le exigía" a aceptar "el ofrecimiento del PP". Génova ha estallado contra la última "cesión" de Sánchez a Junts para salvar el decreto ómnibus de medidas sociales, que el Gobierno se ha visto obligado a modificar in extremis para atar los votos de los posconvergentes. No obstante, y pese a que el paquete legislativo mantiene el traspaso del palacete de París al PNV, la dirección del PP ha evitado confirmar el sentido de su voto al nuevo decreto.
PP, Vox y Junts tumbaron la semana pasada el escudo social del Gobierno, lo que bloqueó, entre otras medidas, la revalorización de las pensiones o las bonificaciones en el transporte público. Génova hizo casus belli la inclusión de la cesión de la sede parisina del Cervantes al PNV, y fue el eje sobre el que vehiculizó los argumentos de su voto en contra, además de la incorporación de medidas contrarias al programa del PP, como la paralización de los desahucios. Estas medidas continúan dentro del real decreto, aunque Sánchez ha añadido a última hora la creación de un sistema público de avales para la protección de inquilinos y propietarios.
Con todo, Génova evita confirmar si mantenedrá en el Congreso su posición en contra, aunque sus votos ya no sean decisivos por el acuerdo del Gobierno con Junts. "No hemos leído el decreto, y seríamos unos irresponsables si despejamos nuestro sentido de voto ahora. Vamos a ver cuáles son las medidas", apuntó en rueda de prensa el portavoz nacional, Borja Sémper. El dirigente vasco sí reiteró que la cesión del inmueble a los jeltzales "es un escándalo de tal envergadura y dimensión" que "el PP no puede aceptarlo". "Pero debemos actuar con responsasbilidad", añadió.
El dirigente popular también evitó aclarar cuál sería su posición respecto a la proposición no de ley de Junts para instar al Gobierno a que se someta a una cuestión de confianza, aunque Génova ya había decidido semanas atrás que se posicionarían a favor si la iniciativa llegaba a pleno.
El acuerdo entre el Gobierno y Junts se ha producido tras una negociación agónica, que ha retrasado incluso la reunión habitual de los martes del Consejo de Ministros, que ha culminado con una comparecencia inesperada del propio Pedro Sánchez en la Moncloa. La principal cesión del jefe del Ejecutivo a Junts ha sido avalar la tramitación en la Mesa del Congreso de la proposición no de ley sobre la cuestión de confianza del Gobierno, una iniciativa que la Presidencia de la Cámara Baja, liderada por la socialista Francina Armengol, ha mantenido congelada durante dos meses.
El nuevo decreto incluye cuestiones troncales como la revalorización de las pensiones, las bonificaciones al transporte, las ayudas a los afectados por la DANA o la actualización del Ingreso Mínimo Vital (IMV). Pero, según fuentes de Junts, se han quedado fuera todas las medidas tributarias que el Gobierno pretende cerrar más adelante, como las que destinadas a suavizar el impacto del impuesto en los bancos o la "perpetuación" de los anticipos por la financiación autonómica.
"El Gobierno hasta hace muy pocas horas anunciaba que no trocearía el decreto ómnibus. Lo hace ahora por exigencia de sus socios. Lo que hace muy poco tiempo era imposible, ahora es posible", censuraba Sémper, que criticaba especialmente que el presidente del Gobierno haya sometido al país a un "vodevil" y haya "jugado con los españoles y con los pensionistas". "Que el presidente y sus 22 ministros hayan estado a la espera de una llamada de Bélgica evidencia el nivel de precariedad absoluta de la política de Sánchez", incidía el portavoz nacional del PP.
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