Brady Corbet ha tenido que salir a responder a la polémica según se supo que el film había utilizado Inteligencia Artificial para los diálogos y los diseños de los edificios.
El timing no ha podido ser peor. A punto de finalizar las votaciones para los Oscar, y con el plan de que las nominaciones sean anunciadas este jueves 23 de enero, un reportaje de Red Shark mostró al editor de The Brutalist Dávid Jancsó explicando con total franqueza que habían usado Inteligencia Artificial en la película. Lo habían hecho para el diseño de unos edificios ficticios que aparecen al final del film y (lo que más revuelo está causando) para “mejorar” las interpretaciones de los actores protagonistas, Adrien Brody y Felicity Jones.
Hay quien piensa que esto podría costarle el Oscar a Brody, luego de ganar el Globo de Oro por interpretar al arquitecto húngaro László Tóth. Justamente se utilizó Respeecher, una IA de voz, para rectificar el acento húngaro de su actuación y la de Jones. “La mayoría de sus diálogos en húngaro contienen una parte de mi voz. Tuvimos mucho cuidado en mantener sus interpretaciones”, explicó Jancsó.
"Se trata de sustituir letras aquí y allá. Puedes hacerlo tú mismo en ProTools, pero teníamos tantos diálogos en húngaro que necesitábamos acelerar el proceso, o aún seguiríamos en postproducción”. La industria se halla en un momento muy sensible en lo que respecta al uso de IA, por la preocupación de que esto suponga perder puestos de trabajo (cuando no “tomar prestado” el trabajo de creadores previos).
Ante la polémica causada Brady Corbet, director de The Brutalist (y ganador asimismo de un Globo de Oro por ello) ha lanzado un comunicado vía Deadline queriendo defender, ante todo, el trabajo de Brody y Jones. “Las interpretaciones de Adrien y Felicity son completamente suyas. Trabajaron durante meses con la profesora de dialecto Tanera Marshall para perfeccionar sus acentos”.
“Sólo se utilizó la innovadora tecnología Respeecher en la edición de los diálogos en húngaro, específicamente para refinar ciertas vocales y letras para mayor precisión. No se modificó el inglés. Fue un proceso manual, realizado por nuestro equipo de sonido y Respeecher en postproducción. El objetivo era preservar la autenticidad de las interpretaciones de Adrien y Felicity en otro idioma, no sustituirlas ni alterarlas, y se hizo con el máximo respeto por el oficio”, prosigue Corbet.
Hay que añadir a este respecto que el software empleado, Respeecher, también fue utilizado profusamente en otra gran candidata de la carrera de premios como es Emilia Pérez. La empresa ucraniana que promulga esta herramienta ha llegado a emplear su vínculo con el film de Jacques Audiard para publicitarse: en particular se utilizó para fusionar la voz de la protagonista Karla Sofía Gascón con la de la cantautora Camille (compositora de las canciones) y así ampliar su rango vocal.
Corbet por su parte también ha abordado lo de la IA generativa en los edificios, matizando lo que salió en los medios: “Judy Becker y su equipo no utilizaron IA para crear o renderizar ninguno de los edificios. Todas las imágenes fueron dibujadas a mano por artistas. Por aclarar, en el vídeo conmemorativo que aparece en el fondo de una toma, nuestro equipo editorial creó imágenes diseñadas intencionadamente para que parecieran pobres renders digitales de alrededor de 1980”.
“The Brutalist es una película sobre la complejidad humana”, concluye, “y todos los aspectos de su creación fueron impulsados por el esfuerzo humano, la creatividad y la colaboración. Estamos increíblemente orgullosos de nuestro equipo y de lo que han conseguido”. The Brutalist se estrena en España este 24 de enero.
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