La reflexión de Buenafuente tras su paso por 'La Revuelta': "Todo lo demás, se lo inventan"


         La reflexión de Buenafuente tras su paso por 'La Revuelta': "Todo lo demás, se lo inventan"

Broncano, Buenafuente y Romero, sentados en el mismo sofá, sin distinción de estatus.

"Como yo lo veo: no hay que competir. Se coincide, pero no se compite. Lo que hay que hacer es un buen programa, comprometerse con el oficio, darlo todo, ser feliz haciendo feliz a la gente. Y ser buen compañero. Porque algún día, dentro de muchos años, estarás en tu casa sentado al lado de tus recuerdos y esbozarás una sonrisa. Ese el objetivo. Todo lo demás, se lo inventan los otros". Tras su paso por La Revuelta, Andreu Buenafuente ha compartido esta reflexión en su Instagram.

En la foto, tres cómicos unidos por la tele. Broncano, Buenafuente y Romero, los tres sentados juntos en el mismo sofá, sin distinción de estatus. Broncano ni siquiera ocupó la silla del presentador desde que irrumpió, por sorpresa, Andreu Buenafuente. La admiración suele ser trasparente. Tres personas que comparten una cultura audiovisual que desenreda prejuicios. Lo que les ayuda ahora a entender mejor los trampantojos del éxito y vivir su presente sin picar el anzuelo de los polarizados titulares de los medios de comunicación y las redes sociales.

Las guerras mediáticas y empresariales empujan a menudo a batallas que impiden disfrutar hasta el momento culmen de una trayectoria profesional. Encima, la cultura de la competitividad siembra la venenosa idea de que el éxito es una meta en la que parapetarse perpetuamente o habrás fracasado. Fatal premisa, pues la televisión siempre va vinculada a fracasar. Todas las historias se terminan desgastando algún día. Nada es para siempre, que decía aquella serie juvenil de Antena 3.

La fuerza de La Revuelta está también en la capacidad de relativizar todo para recrearse en cada grabación. Así están invirtiendo en esos recuerdos, en los que incide Andreu Buenafuente. Así están logrando lanzarse a la creatividad del arte sin temer que haya un espectador que no lo entiende, sin coartarse porque un abuelo del público hable de más o si un invitado está espeso. El programa escucha. El programa celebra cada una de las imperfecciones que nos hacen singulares como sociedad compartida. El programa está relamiendo su momento.

Y el futuro ya irá marcando sus pasos, pero cuando llegue la resaca del éxito y algunos titulares sigan reduciendo las curvas del recorrido de años de trabajo a una victoria o una derrota, Broncano, Buenafuente y Romero podrán festejar el qué bien haberlo hecho, qué bien haberlo disfrutado, qué bien haberlo vivido, incluso qué bien haberlo intentado. Porque las cosas pasan, el problema es si te pasan por encima. Las ansias y sus prisas, la caza de la malentendida perfección y la irritación de las rivalidades constantes suelen frenar la capacidad de pararse a gozarlo. Tantas veces no nos enteramos del domingo, porque estamos pensando en el lunes.

"Anoche nos encontramos unos compañeros para pasarlo bien. Y ya está", concluyó Buenafuente en su foto de Instagram. Al final, la vida era eso.

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