La moda de lo respetuoso


         La moda de lo respetuoso

Atención: nueva palabra. Lo respetuoso mola.

Costumbrismo Digital por Juan Luis Saldaña

Si no lo han escuchado todavía, tomen nota: ahora se lleva lo respetuoso. Como tantas otras costumbres, esta que les cuento proviene del mundo anglosajón y suena raro. Se lo digo para que estén preparados porque vienen curvas respetuosas, les voy a contar los grandes éxitos respetuosos del momento, pero estoy convencido de que vendrán más. No deben quedarse al margen de una moda tan amable.

Allá que va: calzado respetuoso, destete respetuoso, crianza respetuosa, trato materno y neonatal respetuoso, porteo respetuoso, alimentación respetuosa, moda respetuosa, autocuidado respetuoso o minimalismo respetuoso. Suena hasta divertido. Quizá lo respetuoso, que tiene un tinte ecológico innegable por aquello de “respetuoso con el medio ambiente”, sea un posible sustituto de lo sostenible, esa estafa semántica agotada ya por imprecisión y abuso.

La pregunta es con qué es respetuoso lo respetuoso. Si leemos algunos artículos bienintencionados que utilizan esta palabra, podríamos llegar a la vaga conclusión de que lo respetuoso alude a la propia naturaleza de lo que se respeta. Y aquí llega el problema porque nos adentramos en las arenas movedizas de la subjetividad jipi.

El respeto es un tesoro, conceptualmente es una noción rica y profunda que reconoce en el otro una dignidad por el mero hecho de existir.

Los diccionarios nos hablan de que el respeto es algo que se practica con los demás. Respetar la esencia natural de algo como el modo de caminar o el momento de quitarle la teta al bebé es algo que se aleja por definición de la ciencia. El respeto es un tesoro, conceptualmente es una noción rica y profunda que reconoce en el otro una dignidad por el mero hecho de existir. La tolerancia es un sucedáneo barato y subjetivo que lleva décadas erosionando el bello acantilado del respeto.

Así que lo respetuoso habrá que ponerlo en observación porque -siento decirlo tan claro- huele a etiqueta barata para vender en un mercado muy concreto, sensible y permeable. Así como lo sostenible no es medible en absoluto, ni tiene el compromiso de lo rentable o lo eficiente, por ejemplo, lo respetuoso suena tan bien que no exige contrapartida científica. Huele a coladero, a pseudociencia y a matraca de seres de luz. No digan que no les avisé.

{getToc} $title={Tabla de Contenidos}

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto