El joven botones del diario ‘Arriba’, donde llegó con 14 años, terminó siendo un reconocido y eminente fotoperiodista de la vida madrileña. En un tiempo en el que parecía que todo estaba por levantar, la mirada de Antonio Alcoba López impulsó una nueva forma de retratar la cotidianeidad. Aquellos años 60, tan fugaces como ahora manidos, supusieron para la capital un resurgir del tortuoso pasado de hambre y miseria que la posguerra había dejado tras de sí. Madrid se erigía así como referencia sinigual gracias al desarrollismo por el que el franquismo apostó. Y Alcoba estaba ahí para inmortalizarlo.
Unas 200 fotografías de Alcoba, quien sobresalió en el periodismo deportivo y también fue un prestigioso profesor universitario, se exponen ahora en el Museo de Historia de Madrid. Titulada 'Madrid años 60. La mirada de Alcoba', la exhibición traza un paseo por ese blanco y negro que apenas unas décadas más tarde dejaría de existir. Sonia Fernández, conservadora de colecciones del citado Museo, recalca el "exquisito encuadre de Alcoba para reconocer las estampas más curiosas de la ciudad, para captar la realidad a través de imágenes bastante potentes".
A lo largo de cinco secciones, además de fotografías el espectador puede disfrutar de diversos objetos relacionados con la época: un Seat 600 en la entrada del edificio es el preludio a maquetas de la torre Madrid y del Edificio España, diferentes publicaciones de la época como 'Marca', 'Blanco y Negro', 'Arriba' y 'El Alcázar', carteles de las fiestas de San Isidro de aquellos años y otros objetos como barquilleras, organillos y tocadiscos.
Comisariada por el propio departamento de Colecciones, las instantáneas se presentan como un diálogo continuo, sin apenas individualización de las mismas. "Queremos expresar el conjunto, que se vea la imagen de esa ciudad abigarrada, bulliciosa, en plena transformación. Además, todas las fotografías han sido reproducidas desde los positivos sin haberlos tratado digitalmente de forma previa", apuntilla Fernández.
Una visión no tan lejana, pero muy distinta
'Madrid años 60' es la primera sección de la exposición en la que sobresale una realidad ya lejana: bocas de metro que son simples agujeros con escaleras en el suelo, desfiles de Franco por el Día de la Victoria, rodajes cinematográficos en la Casa de Campo y la Feria del Campo de 1960. Una vista de la Plaza Mayor con decenas de coches aparcados en su interior y un par de instantáneas protagonizadas por el tranvía dan buena cuenta de cómo el transporte ha cambiado en la capital.
Junto a ellas, un par de imágenes recuerdan el Edificio Corea. Situado de los números 198 a 210, en él vivían los norteamericanos de la base aérea de Torrejón de Ardoz. "Funcionaba como una pequeña ciudad cerrada con hábitos americanos, hasta que en los años 70 el edificio se fue vaciando de marines, a la vez que fueron ocupándolo familias madrileñas", recuerda el catálogo de la exposición. En 2003 fue demolido tras haberse detectado aluminosis en la década de los 90, y en 2011 fue inaugurado el nuevo edificio.
La segunda parte de este repaso de la obra de Alcoba a lo largo de los años 60 en Madrid se centra en las obras que poblaban muchas de sus calles. "Por aquel entonces, se talaron muchos árboles, como los de los bulevares de Alberto Aguilera, Cánovas y Sagasta y la calle Génova. También se rehabilitó la Plaza Mayor, y en los mercados se sustituyó el hierro por el hormigón, como en el de la Cebada", agrega Fernández.
Una instantánea de 1968, por ejemplo, muestra a tres operarios construyendo el conocido scalextric de Atocha, ahora extinto. Las restauraciones también fueron numerosas. Es el caso de las cubiertas de la Plaza Mayor, el tejado de la Catedral de la Almudena y la Puerta de Alcalá. También fue el momento de levantar grandes complejos deportivos, como el Palacio de los Deportes, el estadio de Vallehermoso y el estadio del Manzanares.
Los madriles y sus gentes
En 'Gentes', la tercera piedra articular de este recorrido, Alcoba muestra la cara más popular de Madrid en los años 60. Un organillo en un carro movido por un burro, personas lavándose los pies en charcos, un afilador durmiendo en la calle, una aguadora en la glorieta de Cibeles, limpiabotas y aparcacoches en la plaza de las Cortes y una vendedora de prensa y tabaco son las escenas con las que el fotógrafo deleita al espectador.
De esta forma, muestra el día a día en la capital donde todavía quedaban niños repartiendo leche y hielo, puestos callejeros, vendedores charlatanes en el Rastro (aunque alguno de esos todavía resiste para no perder la esencia del mercadillo al aire libre más grande de Europa) y días de agua fresca y alegría en el desaparecido parque sindical.
El ojo de Alcoba también se fijó en las figuras más eminentes. Sobresale la entonces princesa Sofía, Sara Montiel, el presidente argentino Frondizi, Jacqueline Kennedy y hasta los astronautas que pisaron la Luna con el Apolo XI, quienes recorrieron Madrid en octubre de 1969.
Nuevos y viejos divertimentos
En 'Fiesta y ocio' sobresalen las típicas verbenas madrileñas, como las que se suceden este caluroso mes de agosto. Un tiovivo en la verbena de San Antonio, gigantes y cabezudos en las fiestas de San Cayetano, bailes de las Casas Regionales en la plaza de la Villa, un niño organillero en las fiestas de San Antón y hasta pruebas de fuerza en una verbena del Rastro son claros ejemplos de la vida más social que hace más de seis décadas suponía el deleite de las gentes. A ello se suman diversas estampas del Parque de Atracciones y el Circo Price, tanto en sus espectáculos circenses como musicales, quienes también tienen su espacio en esta cuarta sección.
Los años 60 también fueron el tiempo en el que una nueva forma de divertirse se abría paso, sobre todo entre los más jóvenes. Una fotografía de 1960 retrotrae la mirada a la sala de fiestas Royal Bus, donde en ese justo momento se celebraba un concurso de peinados. Ubicada en los bajos del Hotel Rex, en el número 43 de la Gran Vía, era menos conocida que su vecina Pasapoga, por lo que organizaba concursos para promocionarse, señala el catálogo de la exposición.
El deporte, siempre presente en Alcoba
La última parte de esta muestra auspiciada por el Museo de Historia de Madrid está dedicada a los deportes, donde Alcoba también sobresalió como fotoperiodista. Carreras de caballos en el hipódromo de La Zarzuela, partidos de rugby en Ciudad Universitaria, motocross en la Casa de Campo, accidentes en el circuito del Jarama y la ya desaparecida Ciudad Deportiva del Real Madrid en la zona de plaza de Castilla.
Por último, Fernández, la conservadora de colecciones del Museo de Historia de Madrid, recalca que la exposición cuenta con "dos antorchas olímpicas, la de México 68 y Barcelona 92, porque Alcoba llegó a ser relevista olímpico en esas dos citas deportivas, portó unos metros la antorcha, y tenía una copia de ellas en su casa".
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