La exposición excesiva a las inclemencias del sol puede provocar una subida de la temperatura corporal y, como consecuencia, la temida deshidratación. Esta circunstancia se puede prevenir, y también corregir con una dieta rica en alimentos hidratantes.
Lo que todos conocemos como insolación se produce por una elevación extrema de la temperatura corporal, que puede causar deshidratación y problemas serios de salud asociados a ella. Además de intentar prevenir esta circunstancia no exponiéndonos al sol de una manera prolongada, ni en las horas centrales del día, podremos minimizar sus efectos y revertir las consecuencias (cuando aún no son graves) tomando una serie de alimentos ricos en agua y otros compuestos reconstituyentes.
"La piel excesivamente seca, dolor de cabeza intenso, náuseas, pulso acelerado… son sólo algunos de los síntomas que nos alertan de que nos hemos expuesto demasiado al sol y estamos en proceso de deshidratación", explica la nutricionista y creadora del centro integral de Método FIVE Sonia Lucena. Hablamos con cuatro expertos para concretar qué alimentos son los mejores para revertir la deshidratación, y algunas nociones básica más frente al sol.
Dieta hidratante de verano
Antes de concretar qué tres grupos de alimentos son los más aconsejables para recuperarnos tras un episodio de insolación, vamos a exponer de manera general cuáles son los alimentos hidratantes que se hacen especialmente necesarios en verano.
Pilar Pérez, farmacéutica y CEO de Albalab Bio subraya la necesidad de "consumir en verano productos que ayuden a mantenernos hidratados y que proporcionen nutrientes esenciales como los antioxidantes y las vitaminas que contribuyen a contrarrestar los efectos de la radiación solar y del calor extremo".
Entre esos alimentos hidratantes, la farmacéutica destaca los cítricos (naranjas, limones y pomelos), que aportan vitamina C. También melón y sandía, ricos en agua, y las fresas, arándanos y frambuesas que son ricos en antioxidantes. De verduras, hay que optar por el pepino, el tomate, la lechuga, las espinacas y otros vegetales de hoja verde que aportan fibra. También hidratan los pimientos, las zanahorias (ricas en carotenos que nos protegen del sol) y el brócoli.
Como opciones líquidas, Pérez recomienda por supuesto el agua, fundamental para mantener el nivel de hidratación de nuestro organismo. Además, nos invita a prepararnos té helado sin azúcar añadido y batidos de frutas frescas, que son nutritivos y refrescantes.
Las proteínas a consumir en verano deben ser ligeras, con el salmón en el punto de mira, rico en omega-3; el pollo a la plancha y las legumbres, que se prepararán mucho mejor en frío y en ensalada. El yogur y el kéfir componen una opción refrescante y rica en probióticos, y el queso fresco es ligero y nutritivo.
Para finalizar con las recomendaciones de Pilar Pérez para una dieta hidratante en términos generales, añadir la quinoa, rica en proteínas y fibra; y el arroz integral, saciante y nutritivo. Las semillas de chía pueden añadirse a las bebidas y las ensaladas para un aporte extra de omega-3; y las almendras y nueces que siempre son una excelente fuente de grasas saludables, imprescindibles en la dieta.
Estos son los dos alimentos clave para combatir la insolación
Alvar Ocano, gerente médico de Aegon, comienza explicando que "la insolación se caracteriza por una elevación extrema de la temperatura corporal que puede causar deshidratación y otros problemas de salud. Por ello, conocer qué alimentos consumir para calmar las molestias, es imprescindible si queremos conseguir una buena recuperación".
En primer lugar, "yo destacaría la sandía, fruta de verano con un elevadísimo contenido en agua que llega aproximadamente al 92 por ciento. La sandía contiene también potasio, un electrolito esencial para mantener el equilibrio de fluidos en el cuerpo. Además, esta fruta es rica en licopeno, un antioxidante que puede ayudar a reducir la inflamación".
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