Muchos años después, frente a la niebla de una página en blanco, Juan Rulfo recordó aquella mañana remota en que su padre lo llevó a Puebla y al pasar por el número 911 de la avenida 4 Poniente del centro histórico le hizo saber que la fachada de aquella casona del siglo XVIII era la antesala del primer negocio de la ciudad y una fábrica en la que se creaban vajillas, azulejos, utensilios de cocina, objetos decorativos y piezas de arte siguiendo técnicas ancestrales y que, además, se autoabastecía. El padre de Rulfo era agente viajero y siempre que pasaba por la ciudad mexicana hacía un alto en la fábrica Uriarte Talavera, empresa fundada por Dimas Uriarte en 1824 cuya historia ha ido paralela a la historia del México contemporáneo y que este 2024 cumple 200 años de tradición y de permanente adaptación a los nuevos tiempos.
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