Emanciparse en Baleares para los jóvenes es imposible. El acceso a una vivienda es inalcanzable, a no ser que, un familiar "te deje un piso" o "te ayuden tus padres", explica Aitor Redondo, de 26 años, y empleado en el sector de Actividades Económicas y del Deporte. Él tiene un préstamo con el banco y sus padres son sus avalistas. Su caso es un buen ejemplo para explicar por qué para los jóvenes baleares es todavía más complicado independizarse que para los del resto del país.
Los datos señalan que los jóvenes de las islas, si optan por un alquiler, deben destinar el 108% de su salario para sufragarlo, si aspiran a comprarse un piso, el porcentaje es del 99%, según los últimos datos del Observatorio de la Vivienda. En el Estudio sobre Emancipación elaborado por el Instituto de la Juventud, la media nacional entre los jóvenes se situaba en casi el 94% del sueldo. En este sentido, quedan pocas dudas de que las islas representan una de las regiones de España en las que más difícil es emanciparse y por eso el Consell de la Juventud exige medidas, como reducir la tributación para la adquisición de la primera vivienda, que permitan al colectivo salir de la casa familiar.
David Gómez, de 27 años, logró independizarse con su pareja hace dos años y tras conseguir un trabajo al acabar sus estudios de Ingeniería Electrónica Industrial. Su intención es ahorrar para la entrada de una casa, según explica a El Confidencial, pero ahora mismo no es factible. “Se nos van 900 euros de alquiler y lo hace imposible”, lamenta. Gómez ha estado mirando pisos y haciendo cálculos. “Una vivienda tipo en Mallorca son 250.000 o 300.000 euros y para eso necesitas 80.000 de entrada. Son mínimo 15 años de ahorro”, remarca.
Son dos casos de jóvenes que sí se han podido independizar, uno ha comprado un piso con ayuda de sus padres y el otro vive con su pareja, pero no puede ahorrar para adquirir una casa. Luego está Miguel Ángel Estévez, biólogo, que ni encuentra trabajo de lo suyo ni puede aspirar a un alquiler. La solución pasa por estudiar, cuenta. “Oposito a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad para lograr una vivienda y una estabilidad en un futuro”. También ha vuelto a estudiar a los 28 años María Eugenia Payeras. Esta licenciada en Biología ha trabajado los últimos años de comercial y vive en casa de sus padres mientras estudia para ser docente y lograr una plaza estable para mejorar su situación económica.
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Y luego están los “afortunados”, como apunta Marina Amer, que tras 12 años compartiendo piso en Palma, en junio pasado, se vio obligada a buscar una nueva vivienda cuando su compañera volvió a Menorca. Cuando empezó a buscar piso para ella sola, la situación era desoladora, según describe. “No piden menos de 750 euros por una caja de zapatos y te puedo asegurar que he mirado por todo Mallorca”, explica. Pero, en su búsqueda, un golpe de suerte le permitió encontrar una casa. Unos familiares tenían una vivienda alquilada y los inquilinos se marcharon y ella pudo mudarse allí. “Es la única manera de poder vivir sola”. Amer tiene 34 años, es diseñadora y fotógrafa y aunque no tiene un mal sueldo, “asumir una vivienda sola es imposible, el ahorro se fulmina”.
Son algunos testimonios que corroboran los datos del Observatorio de Emancipación de Baleares correspondientes al segundo semestre de 2022. Durante ese periodo, los jóvenes de las islas dedicaron un 108% de su sueldo al alquiler de una vivienda. El arrendamiento medio está en 1.104 euros al mes y el salario medio en este sector de la población es de 875 euros al mes, distribuidos en 14 pagas, según apunta la entidad. Vivir solo es imposible, por lo que compartir piso se convierte en la única opción para poder emanciparse.
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El informe destaca que Baleares es una de las regiones en las que es más difícil acceder a un piso y por eso, la edad de emancipación se sitúa entre los 30 y los 34 años. No obstante, la tasa en el archipiélago se situó en el 18%, algo por encima de la media nacional. Sin embargo, “el porcentaje de emancipación debería ser mayor y alcanzar, como mínimo, la media europea, que es del 32%”, defiende el presidente del Consell de la Juventud de Baleares, Pau Emili Muñoz. La diferencia es de 14 puntos.
Muñoz reconoce que el escenario actual es “complicado” y destaca la afectación que tiene sobre la planificación de futuro y la salud mental de los jóvenes. Las propuestas para que el colectivo pueda salir de la vivienda familiar pasan, según la entidad, por reducir la tributación para la adquisición de la primera vivienda, la reconversión de instalaciones obsoletas en pisos públicos o la creación de una bolsa con, al menos, un 15% de vivienda pública destinada a jóvenes. Sobre la propuesta del Gobierno central de avalar el 20% del valor de la vivienda, apuntan que aunque "positiva", no deja de ser un "parche", ya que solo alcanzaría a unos 50.000 jóvenes de los siete millones que hay en España.
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