Según los últimos datos el INE, hay más personas con discapacidad que nunca trabajando, 538.717, un 55% más que hace una década.
Según los últimos datos el INE, hay más personas con discapacidad que nunca trabajando, 538.717, un 55% más que hace una década.
Sin embargo, estos datos positivos siguen escondiendo datos que no lo son tanto, como el estancamiento de la tasa de ocupación de las personas con discapacidad -sigue estando 40 puntos por debajo de la de las personas sin discapacidad- y la enorme desigualdad que existe entre la tasa de empleo de las distintas discapacidades.
Así, por ejemplo, mientras que la participación laboral de las personas con discapacidad de tipo auditivo es del 61,2%, las de las personas con discapacidades de tipo psicosocial o por problemas de salud mental no llega al 30%.
Son muchos los factores y barreras que influyen en que la tasa de empleo sea más o menos elevada en cada tipo de discapacidad. Por un lado, las que conlleva la propia discapacidad, como en el caso de grandes discapacidades físicas o intelectuales que pongan difícil el desarrollo de una actividad profesional.
Sin embargo, hay otros factores que tienen que ver más con lo cultural o incluso con prejuicios o estigmas, como puede ocurrir con los problemas de salud mental o con la discapacidad intelectual, como explica Begoña Bravo, responsable del Plan de inclusión de la Fundación Adecco
Un mayor recorrido y más accesibilidad
Como explica Begoña Bravo, hay varios factores detrás de la desigualdad en la contratación de las personas con discapacidad y la brecha existente entre personas con distintas discapacidades. En muchos casos, pesan las dificultades que conlleva la propia discapacidad, como las barreras físicas que se encuentra una persona que convive a diario con el dolor y la fatiga que provoca una enfermedad neuromuscular, pero otras, tienen más que ver con costumbres o herencias culturales, "hay discapacidades con las que, históricamente, se viene trabajando desde hace mucho, y que no hay ni estigmas ni prejuicios con ellas, como la discapacidad física. Hace muchos años que se está trabajando con ella, y ya están adaptadas todas las empresas y casi todos los espacios públicos", explica.
En 40 años con una ley que obliga a contratar a personas con discapacidad, lo que vemos es ha servido, sobre todo, para contratar personas con discapacidad física o sensorial
Por este motivo, salvo la discapacidad provocada por enfermedades neuromusculares (un 33,6%), la tasa de actividad de personas con discapacidad física, es más elevada, especialmente la de las personas con discapacidad auditiva, que se sitúa por encima del 61%, "en el caso de la auditiva, la tecnología se ha puesto a trabajar para su accesibilidad desde hace mucho tiempo, y cuenta, por ejemplo, con lectores para que cuando les llamas por teléfono lo pasen a texto… Y eso elimina barreras para que pueda acceder a un puesto de trabajo".
Algo parecido ocurre con personas con discapacidad física u osteoarticular, muy por encima de la media, "llevamos 40 años con una ley general de discapacidad, la antigua LISMI, que obliga a contratar a personas con discapacidad, pero lo que vemos es que esto ha servido para contratar sobre todo a personas con discapacidad física o sensorial, cuyos puestos de trabajo, además, el empresario sabe cómo adaptar". No hay tanta información, en cambio, sobre cómo adaptar un puesto de trabajo a una persona con discapacidad intelectual o problemas de salud mental.
No hay una trayectoria de contratación de personas con discapacidad psicosocial, y ese desconocimiento cierra puertas
Esta falta de trayectoria es un círculo vicioso, pues si no contratas, no conoces, y viceversa, "no hay una trayectoria de contratación de personas con discapacidad psicosocial (con la tasa de ocupación más baja), y ese desconocimiento también cierra puertas, pero esto no es una crítica", añade Begoña, "porque hay que ponerse del lado de las empresas también. Si tú nunca has trabajado con una persona con este tipo de discapacidad y, de repente, te dice que es bipolar o tiene esquizofrenia, el desconocimiento provoca miedo, y no la contratas".
Estigmas, sobreprotección y la ‘rara avis’ de la discapacidad intelectual
Este miedo a contratar viene, además de por falta de exper... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}