Los juzgados ya forman parte de la estrategia de campaña de Donald Trump. El expresidente de EE UU ha asistido voluntariamente esta semana a dos vistas en Washington y Nueva York para poder presentarse como mártir ante los votantes republicanos más fieles, los que participan en las primarias. En Washington, su abogado defendió —con su acuerdo— que el presidente debe gozar de inmunidad incluso si ordenase a un comando de fuerzas especiales asesinar a un rival político. Trump, imputado por 91 delitos en cuatro casos diferentes, no está acusado aún de matar a nadie. Sin embargo, tiene un instinto —político— asesino. Cuando en una gélida Iowa comience oficialmente este lunes la carrera de la nominación del Partido Republicano para las presidenciales de 2024, su obsesión es noquear a sus rivales antes de que se perciba ninguna alternativa viable.
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