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España cuenta con territorios de gran diversidad geográfica, desde grandes ciudades hasta pequeñas islas casi deshabitadas. Respecto a esto último, existe un islote donde solo una persona está censada, un caso excepcional dentro del país. Su aislamiento y su singularidad lo convierten en un enclave especial, rodeado de historia y naturaleza.
Se trata del Islote de Lobos, ubicado al norte de Fuerteventura, en el archipiélago canario. Este pequeño territorio de aproximadamente 5 km² destaca por su belleza natural, con playas de aguas cristalinas, una biodiversidad protegida y un entorno prácticamente virgen. Administrativamente, pertenece al municipio de La Oliva (Fuerteventura), y su nombre proviene de la foca monje, conocida en la zona como lobo marino, que históricamente ha habitado estas aguas (aunque ahora es una especie en peligro de extinción).
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F. S. B.
Un pasado ligado a la supervivencia
Durante siglos, Lobos ha servido de refugio a pescadores y navegantes. En el siglo XIX se construyó el faro de Punta Martiño, lo que permitió que algunas familias se establecieran temporalmente en el islote. Sin embargo, la automatización del faro en 1968 provocó la salida de los últimos fareros, dejando la isla en un estado de semidespoblación.
Según los datos más recientes, solo una persona sigue empadronada en la isla. Un artículo publicado en el medio canario La Provincia indica que esa única habitante es María Jesús Hernández Armas, conocida como Maruca, hija del histórico farero Antonio Hernández Páez, apodado "Antoñito el Farero". Desde hace años, y según dicha información, Maruca es la única residente oficial del islote, manteniendo viva la conexión con el pasado de este enclave.
La única persona que está censada como habitante del Islote de Lobos es la hija del antiguo farero
Desde 2019, el Islote de Lobos cuenta con un régimen de acceso restringido para preservar su frágil ecosistema. Actualmente, los visitantes necesitan un permiso especial del Cabildo de Fuerteventura para acceder a la isla, lo que limita el número de turistas diarios. A pesar de ello, sigue siendo un destino muy atractivo para quienes buscan tranquilidad y paisajes prácticamente inalterados.
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