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Martes, 3 de junio, a las ocho de la mañana. Falta una hora y media para que comiencen las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) y los nervios ya se palpan en muchos viajeros que abarrotan la madrileña estación de Príncipe Pío. Unos 40.000 estudiantes de la región se enfrentan a los exámenes más esperados del año. Hoy, Lengua Castellana e Historia de la Filosofía. Además, muchos alumnos encaran este martes una tercera prueba: llegar hasta Ciudad Universitaria, donde se ubican, entre otras universidades, la Complutense —la más grande de Madrid— y la Politécnica, con la mitad de la línea 6 de Metro cerrada por obras.
Desde el pasado sábado, esta línea —la más frecuentada de Madrid, con unos 400.000 pasajeros diarios— funciona a medio gas. Su tramo oeste que une Moncloa con Méndez Álvaro, se encuentra cerrado por obras para automatizar la línea y mejorar así su capacidad y frecuencia. La previsión de la Consejería de Transportes es que las actuaciones en estas estaciones se prolonguen hasta el 12 de septiembre. A partir del día siguiente y hasta el 31 de diciembre, se ejecutarán las obras en la zona este, entre Legazpi y Moncloa.
Aunque ayer ya fue el primer día laborable con el servicio especial para cubrir inoperativo, la prueba de fuego para el servicio madrileño de transportes se jugaba hoy. Ha sido en los intercambiadores de Plaza Elíptica y Príncipe Pío donde se han vivido los momentos de mayor tensión y estrés. "Hay cuatro o cinco personas abajo en teoría para informar, pero no saben bien dónde queda realmente la parada", señala Laura, una joven que intenta llegar desde Príncipe Pío hasta Vicente Aleixandre.
El recorrido entre esas dos estaciones generalmente se hace en unos seis minutos —cuatro paradas del suburbano—, pero ahora se llegan a alcanzar la media hora por el tráfico en la zona de Plaza España y Argüelles y los dos trasbordos obligatorios. "Es una vergüenza y lo peor es que esto será todo el verano", recalca antes de salir corriendo para llegar a su destino.
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El autobús llega a Príncipe Pío lleno y algunas personas tienen que esperar al siguiente. En ese mismo vehículo, sobre las 8:30 de la mañana, María y Cristina no saben bien si tendrán que bajarse en Moncloa o podrán alcanzar la zona universitaria en ese mismo transporte. "Ayer hicimos el recorrido para hoy tenerlo claro y nos hicieron bajar, pero, según informa Metro, debería llegar hasta nuestra parada", expone Cristina.
Finalmente, hoy sí han podido llegar en el autobús hasta su destino. Sin embargo, para hacer el recorrido inverso, desde Ciudad Universitaria, los trabajadores de la EMT obligan a los usuarios a bajarse al metro para alcanzar Moncloa. "Es muy aparatoso porque pierdes el tiempo de bajar para una sola parada, cuando hay algunos autobuses que sí están llegando hasta aquí y pueden simplemente dar la vuelta. Depende del momento del día, te dejan ir de una forma u otra", señala Silvia, otra usuaria del metro.
La mayoría de estudiantes que llenan desde primera hora los aledaños de Ciudad Universitaria han optado por llegar hasta allí con rutas alternativas para "prevenir" cualquier incidente. Otros, han arribado por la línea seis, pero con el tramo este, el que estará abierto hasta septiembre. "Cuando nos toque a nosotros, yo me voy a perder. Lo tengo claro", expone una alumna mientras espera para entrar a su examen. Además de los jóvenes que se enfrentan a la selectividad, también es temporada de exámenes finales en las facultades. El cabreo es palpable en muchos puntos, especialmente los más concurridos. "Ayer ya madrugamos un poco más de lo normal. Y hoy, nos hemos levantado aún más pronto y aun así, llegaremos tarde. La única solución es salir una hora antes", señalan dos mujeres subidas en el servicio especial.
"Ayer ya madrugamos un poco más de lo normal. Y hoy, nos hemos levantado aún más pronto y aun así, llegaremos tarde"
Muchos usuarios se han quejado también de la falta de refuerzo del servicio de otras líneas de metro que se usan como alternativas. Por ejemplo, en hora punta, la frecuencia de la línea cinco es de unos cinco minutos y muchas personas tienen que esperar en el andén a que pase el siguiente convoy. Además, desde las 7.15 hasta las 8.20 Metro de Madrid ha informado de "circulación lenta por incidencia en las instalaciones" en la parte de la línea seis que sí funciona. El enfado se ha notado especialmente en redes, donde los usuarios han criticado que el Consorcio de Transportes haya elegido estas fechas para iniciar las obras. "He tardado menos en el servicio especial en hacer cuatro paradas, que en la línea 6 que no está cortada en hacer dos", expresa Aurora en redes.
Para poder informar a los usuarios de los puntos donde coger el autobús, tanto Metro como la EMT han desplegado a decenas de trabajadores en las calles. Fuentes de la concejalía de Movilidad del Ayuntamiento señalan que sus empleados —los de la EMT— estarán en los puntos durante un mes como mínimo, y desde Metro apuntan a que "estarán estos días en función de las necesidades". Hoy, el tiempo en la capital ha dado una pequeña tregua y las temperaturas rondan los 21 grados. Sin embargo, los trabajadores —que se pasan todo el día de pie sin resguardo— comentan con temor lo duro que puede ser pasarse así una mañana entera cuando el mercurio ronde los 30 grados, como se prevé que ocurra a final de esta semana.