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La primera vez que el periodista musical Rafa Cervera vio actuar a Rodrigo Cuevas fue hace casi una década en La Fábrica de Hielo, un espacio coqueto en Valencia junto a la playa de la Malvarrosa en el que el público se reparte en sillas de enea entre mesitas atestadas de refrescos. La segunda visita del artista se la perdió el reportero, a unos escasos metros del primer advenimiento, pero ya sobre las tablas de un escenario con solera, como el Teatro el Musical.
Cuevas volvió a la ciudad y el experto musical pudo verlo de nuevo para calibrar la explosión del fenómeno, ante un público rendido en La Rambleta. Esas setecientas butacas volverán a ocuparse el 10 de mayo para escuchar al artista reflexionar sobre su vida y obra. "Porque hemos de reconocer que para actuar se le ha quedado pequeño", ríe Cervera, quien se reconoce devoto del artista asturiano, Premio Nacional de música.
El periodista entrevistará al músico en directo y en el marco de un festival, lo que supone una rareza: el nombre más deslumbrante del cartel no dejará ni una nota sobre el escenario. Pero escurrirse de las convenciones parece ser la filosofía del Benson Señora, el primer certamen que produce el centro cultural Rambleta, una rara –y nueva– avis en el sobrepoblado territorio Fest.
La historia de este encuentro es la del propio Cervera con la directora de Rambleta, Rocío Huet. Se conocieron cuando ella tomó las riendas del espacio y el periodista, cronista insigne de la historia musical de la ciudad, lanzó algunas ideas en las que podrían trabajar juntos. "Esta ciudad no es generosa consigo misma", recuerda Huet que le comentó su interlocutor, invitándola quizás a atreverse a refutar esa afirmación. Meses después fue la gestora cultural quien llamó al articulista con un encargo: "Queríamos nuestro propio festival, uno que se adscribiera a los valores que Rambleta proclama a los cuatro vientos: libertad, igualdad, diversidad".
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Cervera contestó entonces con unas siglas que son una causa: LGTBIQ+. Un festival que celebrará la diversidad y que apoyará al colectivo, al tiempo que se dirigirá al gran público. Para confeccionar el cartel se aliaron con Tranquilo Música, una de las promotoras con más recorrido en la ciudad –este año celebran su trigésimo aniversario– y buscaron una programación heterogénea: el grupo del valenciano barrio de Benimaclet, Amor Butano, y la también valenciana Colomet, además de Rocío Saiz y Bewis de la Rosa.
Pero querían, también, la guinda de Rodrigo Cuevas, aunque en formato entrevista. "El público valenciano ha visto cómo su figura crece de una forma maravillosa y siempre en un contexto adverso, en ese contexto en el que este tipo de actuaciones, de personajes, de compromisos, son cada vez más necesarios", esgrime Cervera, coordinador del evento.
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Ada NuñoCuando habla de contexto adverso alude a la ola reaccionaria contra la lucha por los derechos del colectivo LGTBIQ+, al recorte de derechos en países donde se asoman al poder partidos de ultraderecha. En ese clima, apunta Cervera, se requieren voces como la del artista al que han pedido que amadrine el evento: "Es un personaje muy activista, muy batallador y a la vez muy conciliador. De eso trata el festival".
"Cuando ideamos el certamen teníamos un debate interno: cómo apoyar la causa LGTBIQ+ y generar a la vez una atmósfera de normalización, que no solo atraiga a personas del colectivo", expone Huet. Se añadieron propuestas como la de David Rees y su actuación para un público familiar en horario matinal, con entradas especiales para menores. Se apuntaron actividades más allá de lo musical, como un taller de tango queer. Y se sumaron puestos de información de asociaciones que apoyan a la comunidad LGTBIQ+.
En medio de todo aquello alguien preguntó cómo bautizarían a la criatura. "Dije lo de Benson Señora en una de las reuniones con miedo, porque a mí me parecía una idea fantástica, pero hay veces que solo lo es en tu cabeza", apunta Cervera. Le había venido a la mente cierto gag de Un cadáver a los postres, un clásico de culto, las parodias al cine de detectives. "Es un diálogo disparatado que a la vez muestra cómo le ponemos puertas al campo: nos empeñamos en que lo masculino y femenino tiene que responder a parámetros concretos", razona Cervera.
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Desmenuzar en un reportaje el chiste que da origen a este nombre conllevaría para el autor cierta culpa criminal, y quien tuvo la ocurrencia apunta que "es un nombre que no necesita explicación, es divertido; ni la película ni el diálogo aluden directamente al colectivo LGTBIQ+, pero se juega con las identidades". Así que una comedia de los setenta que gran parte del público del evento ni siquiera conocerá pone nombre al festival cuya gran estrella musical no cantará. Pero así es el encuentro que celebra los márgenes de lo normativo, y que cuenta con alguna invitación más a escapar de convenciones.
"Se trataba de reunir una muestra lo más intergeneracional y plural posible de obras de artistas de la comunidad LGTBIQ+ que han reflexionado sobre cuestiones de identidad, la sexualidad, el género", explica Joaquín Artime. Él es el artista e investigador que comisaría la muestra Archivo Queer de Artistas Visuales 1975-2025, un recorrido por la producción artística queer de la ciudad de Valencia a lo largo de los últimos cincuenta años y que se inaugurará en el marco del festival.
Aunque el proyecto que da pie a esta exposición es un archivo digital exhaustivo, para la exhibición se han elegido diez firmas cuya obra responde a distintos momentos de este periodo: Bella Báguena, Liz Dust, La Erreria [House of Bent], Carmelo Gabaldón, Guiu Gimeno Bardis, O.R.G.I.A, Jesús Martínez Oliva, Pepe Miralles, Álvaro Romero y María Tinaut.
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María Sirvent"En los noventa las obras ponían en la cara del público lo que sociedad no quería ver, ahora vemos una obra que reflexiona desde otro tipo de poética", apunta Artime. Siguiendo la filosofía de la muestra –"la metodología queer es la de lo torcido, lo desviado", reflexiona el comisario–, Artime propondrá a los visitantes una manera alternativa de crear un catálogo, según la cual cada uno podrá crearse un fanzine personalizado de la exposición. Una invitación más a romper el molde en un festival que quiere llegar a todo el mundo viajando por los márgenes.
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