Grandes avenidas y zonas altamente ocupadas: los puntos más conflictivos del tráfico madrileño

Grandes avenidas y zonas altamente ocupadas: los puntos más conflictivos del tráfico madrileño

A finales de enero, una anciana de 80 años perdió la vida atropellada en la rotonda de la Ermita de la Virgen de la Soledad, en el distrito de Barajas. Cuando los servicios de asistencia llegaron hasta el lugar, solo pudieron certificar su fallecimiento. Los atropellos son una de las principales preocupaciones de agentes y vecinos en la capital y suponen el 50% de las muertes en accidentes de tráfico en la ciudad. Cada día de 2024 hubo una media de tres atropellos en Madrid, según datos del Ayuntamiento. En total, 1.250 incidentes que dejan quince víctimas mortales en catorce accidentes, la cifra más alta de los últimos tres años.

Los distritos de Centro (124), Puente de Vallecas (108) y Carabanchel (104) acumulan el 30% del total de atropellos y se convierten en las tres zonas más problemáticas de Madrid. Fuentes policiales señalan que aunque no existan puntos negros- lugares donde se contabilicen tres accidentes anualmente durante tres años seguidos- sí hay características comunes de estas áreas: mucha afluencia de coches y avenidas grandes en las que los vehículos circulan a más velocidad. Además, desde el cuerpo de seguridad inciden en el importante papel que juega el peatón porque, en la mayoría de ocasiones, los incidentes ocurren por "despistes" o "malas conductas". También en este sentido apunta Fernando Muñoz, portavoz de Stop Accidentes en Madrid: "Cuando somos peatones olvidamos todas las normas, parece que no va con nosotros".

En Puente de Vallecas los accidentes de tráfico son una de las grandes preocupaciones de las asociaciones vecinales desde hace años. El motivo es evidente: cuatro de los quince fallecimientos se registraron en esta zona de la capital. Este distrito, considerado por sus ciudadanos "el garaje de Madrid" ve como su casco antiguo, una red de callejuelas estrechísimas que conforman los barrios de San Diego y Numancia, se inunda de coches cada noche. La Asociación Vecinal de Puente de Vallecas-San Diego estima que hay una sobreocupación del 75% de plazas de aparcamiento. "Los conductores eligen esta zona porque está muy cerca de la M-30 y del metro", explica Manuel Mercadal, miembro del colectivo Vallekas Sostenible y de la Asociación Vecinal San Diego.

Aquí reside la peligrosidad del distrito, ya que el estacionamiento es uno de los momentos más tensos de la conducción. “Ves a la gente cabreada mientras conduce lo más rápido posible para que no le quiten un hueco”. Los vecinos denuncian que las aceras se llenan de coches mal aparcados que restan visibilidad y movilidad a los vecinos. Para tratar de solucionar este problema, desde hace años los ciudadanos exigen la instalación de una zona de aparcamiento regulado. Además, este distrito pelea por la implantación de medidas de 'pacificación' para relajar el intenso tráfico. Piden al Ayuntamiento ensanchar carriles, establecer pasos de peatones elevados o aumentar el número de medidores de velocidad.

En este distrito, aunque la policía no identifique puntos negros, los vecinos sí reconocen tres avenidas que juegan un papel más peligroso que el resto: la de la Albufera, la de Entrevías y la de Pablo Neruda. Además, inciden en la peligrosidad de todo el entorno del 'scalextric' que conecta Retiro con Puente de Vallecas. Y en este análisis coinciden con el cuerpo de seguridad: el problema radica en la gran velocidad a la que circulan por esas vías los vehículos, a pesar de ser zonas residenciales. "También es verdad que lo de los 30 kilómetros por hora que está establecido en todas las ciudades, pues tampoco se cumple", denuncia Fernando Muñoz. Sin embargo, Miguel Ángel Ajuriaguerra, doctor en Arquitectura, miembro de Madrid Borde Sur y profesor en la Escuela de Ingeniería de Fuenlabrada, y Eduardo del Arco, periodista especializado en Motor, concluyen de sus estudios que vías como la Castellana o José Abascal reducen el número de accidentes porque el peatón es consciente del peligro que conlleva cruzar por un paso no habilitado y, al ser una vía ancha, el conductor tiene mejor percepción de la velocidad.

Tráfico en el centro de Madrid (EFE)Tráfico en el centro de Madrid (EFE) Tráfico en el centro de Madrid (EFE)

Ambos expertos explican que Madrid, en general, no es una ciudad que lo haga especialmente mal en materia de movilidad, pero sí se da una combinación de aspectos que aumenta la peligrosidad de las vías. Por un lado, los profesionales señalan que la población está envejecida y eso se traduce en personas con pocos reflejos, tanto viandantes como conductores. Los datos del Consistorio refuerzan esta teoría. De los quince fallecimientos, seis personas tenían más de 70 años.

A la variable edad, los expertos añaden también nuevos elementos que suponen una distracción para el piloto, como el GPS, el móvil o el manos libres. En cuanto a la composición de los vehículos, también reconocen cambios en los últimos años, especialmente en el chasis y en los marcos de las puertas que aumentan el peso de los coches - y por consecuencia, los daños al peatón en caso de impacto- y restan visibilidad. Además, en ciudades como Madrid, los expertos inciden en que se añade el riesgo de que los edificios generen puntos ciegos y de que haya elementos- como árboles, señales o farolas- que quiten visibilidad en las intersecciones. "La clave está en que tanto el que camina como el que conduce vea el espacio por donde va a pasar despejado", apunta Miguel Ángel, quien reflexiona que "Madrid hace esfuerzos, pero nunca va a ser un lugar pensado para el peatón por las dimensiones que tiene. Aun así está generando zonas y hay iniciativas interesantes".

Al comparar los datos de accidentes con el número de coches matriculados, hay distritos que crecen exponencialmente. Es el caso de Fuencarral-El Pardo. En números brutos, el área registra 65 atropellos, la mitad que el Centro. Sin embargo, el distrito cuenta con la tasa más alta comparando estos accidentes con el número de vehículos matriculados. La Policía explica que se trata de una zona de nueva construcción con grandes avenidas -de hecho, según los datos destacan la calle Melchor Fernández Navarro y la Avenida de Monforte de Lemos- y que además, en un área de oficinas donde los trabajadores suelen llegar en vehículo privado desde otros puntos de Madrid.

"Madrid hace esfuerzos, pero nunca va a ser un lugar pensado para el peatón"

Aunque 2024 sea el año con más siniestralidad, los datos de atropellos evidencian un ligero descenso de los incidentes respecto a 2022, cuando se contabilizaron 1.485 accidentes, y 2023, con 1.492. La responsabilidad del peatón es más que evidente para prevenir los incidentes. De los catorce atropellos mortales del pasado año, solo uno registró el fallecimiento de un conductor. Pero, en ese accidente, también acabó falleciendo un peatón. El resto de víctimas, son todo viandantes.

En cuanto a las áreas más problemáticas, la Policía madrileña pone el foco en las zonas escolares. Coches mal aparcados en segunda o incluso, tercera fila o conductores que omiten las vallas de protección de los peatones son las principales infracciones que se encuentra cada día la policía municipal. “Los padres van con prisas y no respetan, luego los hijos imitan y evidentemente, cometen las mismas infracciones”, señalan. La alta accidentalidad en las calles aledañas a colegio es preocupante para los expertos, ya que evidencia un problema a largo plazo: el de la falta de concienciación. Miguel Ángel Ajuriaguerra subraya que "es lo que realmente falta en Madrid" y pone de ejemplo el colegio San Viator en Plaza Elíptica, donde llegan a juntarse muchos coches más allá de segunda fila y pocas veces se respeta la velocidad máxima de 20 km/h que se exige en las zonas escolares.



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