:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F1f0%2Fd8c%2Fdf7%2F1f0d8cdf7d7f716ab08ea0c61a141fcd.jpg)
Para subirse a las tablas del Gran Teatro Falla durante el carnaval sólo hay que registrarse en el Ayuntamiento de Cádiz y pagar una fianza. Nada más, salvo cumplir con los requisitos formales para una de las categorías que participan en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC). En una ciudad donde los cuartetos tienen entre tres y cinco integrantes eso no es cualquier cosa, pero es cierto que es muy fácil llegar al templo de los ladrillos coloraos. El desembarco de una chirigota con un mensaje negacionista y una calidad más que discutible provocó este domingo dos cosas: una sonora respuesta del público, que abucheó a la agrupación de Katy Balber, y la apertura de un formidable debate sobre la posibilidad de poner unos filtros que eviten una "falta de respeto" a Cádiz y el carnaval.
El propio consistorio gaditano y la asociación de autores del carnaval han abierto tras el bochorno del domingo una discusión hasta hace no tanto era una suerte de tabú en la Tacita de Plata. Tiene sentido en una fiesta que se jacta de sobrevivir a los años de censura durante el franquismo, que cambió el nombre del carnaval por "fiestas típicas". "Obligó a los autores a dar una vuelta de tuerca para evitar la censura con dobles sentidos", expresa José Juan Ramos, periodista que lleva 9 años retransmitiendo el COAC en la cadena Cope y estaba en el Falla durante la actuación de la polémica chirigota y recuerda que no es, ni mucho menos, la primera vez que el público del teatro abuchea una actuación.
"El concurso no es unidireccional y eso lo saben el público y los autores", explica. Y pone de ejemplo prácticas habituales de carnavaleros como José Luis García Cossío, el Selu o José Guerrero, el Yuyu, que suelen incluir estribillos que luego el patio de butacas repite. "A Juan Carlos Aragón se le abucheó durante la mitad de un popurrí", rememora Ramos. Se refiere a la comparsa Los Ángeles Caídos, que dedicó un cuplé a criticar a Antono Martínez Ares, el autor de la comparsa de la que salió el grupo de Aragón. "Estaban el Carli y Subiela, el principio del popurrí no se escuchó y terminaron siendo el primer premio", rememora Ramos, que cree que el problema de la chirigota de Balber no estuvo (sólo) en el contenido, sino en las formas. "Aquí se ha cantado a favor y en contra del independentismo y se les ha llamado a los sevillanos hermanos y paletos, pero gente que se tomaba el concurso en serio", zanja.
Lo mismo cree José Antonio Vera Luque, ganador en seis ocasiones del concurso en la modalidad de chirigotas y una en cuartetos. "Lo peculiar del carnaval de Cádiz es que en una misma sesión y con media hora de diferencia se ha aplaudido un pasodoble a favor del aborto y otro en contra", expresa el responsable de agrupaciones icónicas como Los superpop (una chirigota ochentera) o Los #Cadizfornia. "Esto no es un foro en el que uno viene a exponer sus ideas, hay unos códigos", profundiza Vera Luque, que cree que el debate sobre poner mayores filtros en el COAC responde a que los carnavaleros se han dado cuenta del "escaparate" que supone el escenario del Falla.
"Aquí hemos tenido mucho respeto siempre, pero nos hemos dado cuenta que hay gente que no le tiene el mismo respeto", insiste el autor gaditano, que alude a un cuarteto que actuó la pasada semana que venía de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y que llegó al teatro por una apuesta. Aquella incursión, por suerte, no hizo ruido, pero el periodista José Juan Ramos cuenta que desde el principio se vio que "no tenían las claves del humor e hicieron una especie de obra de teatro". Dos días después llegó el escándalo por la chirigota negacionista y ahora, admite Vera Luque, hay un cierto temor en que, cada febrero, se pongan los focos en Cádiz por una "gamberrada que no tiene nada de carnavalesco".
"Hay muchas agrupaciones de mucho nivel, con mucha calidad y que dicen cosas importantes, pero lo que llama la atención es el escándalo", sentencia. La propia Katy Balber, que tuvo un enganchón con el público del Falla, admitió que su intención era esa. En los mentideros de la capital gaditana la información pululó hasta que Rafael Burgal, periodista de Diario de Cádiz, informó al respecto. Por eso la autora de la agrupación negacionista llevaba un tipo —que es como se llama al disfraz en el carnaval de Cádiz— con un vestido que imitaba el papel de periódico y unas orejas de perros. "Dijo que iba de perrodista", apunta el locutor de Cope, que desvela que Balber había pagado a alguno de los integrantes y que uno de los guitarristas se fue del escenario antes de tiempo. "No se sabían la letra, no cantaba bien y los abuchearon, pero no fue un atentado a la libertad de expresión", sentencia. Este martes el jurado del COAC ha descalificado a la agrupación por incumplir las normas sobre el número de participantes que cantan en cada actuación.
"Esto es un torneo y puede que haya llegado la hora de ampliar una fase que garantice que quien vaya al teatro esté en condiciones de competir"
En este contexto, José Antonio Vera Luque afirma que el runrún sobre la necesidad de remozar el formato del concurso no es nuevo, pero ahora puede ser buen momento para darle "un revolcón". El debate no sólo se circunscribe a si hay que colocar algún tipo de filtro previo, sino cómo debe ser. Y también hay quien aboga por dotar al jurado de mayor margen de maniobra para evitar situaciones como la del domingo. El telonazo, que es como se llama la práctica de bajar el telón antes del final de la intervención, quedó desterrado hace años. El último fue en 2012 y lo sufrió un cuarteto extremeño, pero esta fórmula se descartó y ahora sólo se puede interrumpir a una agrupación por razones de seguridad.
Según José Juan Ramos, en el jurado hubo incluso debate sobre esta posibilidad, pero acabó descartándose dadas las reglas vigentes. Este periodista gaditano cree que una solución posible es dotar el reglamento de mayor margen de actuación para "que el bochorno se minimice". Esta fórmula supondría recuperar el telonazo en caso de que el jurado considere que la agrupación no tiene la calidad suficiente o que se utiliza el concurso para "otros fines" y recibe la reprobación del público. "Es la fiesta de la libertad", expone el locutor de Cope, que cree que la criba previa podría restar parte de la "magia del concurso" y que se apoya en las sorpresas. "Aquí se ha abierto el telón y hemos visto un ataúd en el escenario", rememora en alusión a una apuesta de la chirigota del Bizcocho.
José Antonio Vera Luque no siempre ha estado a favor de hacer una selección previa, pero hace tiempo que considera que puede ser una buena opción imitar al carnaval de Montevideo, que tiene una fase anterior. "Esto es un torneo y puede que haya llegado la hora de ampliar una fase que garantice que quien vaya al teatro esté en condiciones de competir", desgrana. Y eso no significa que todas las agrupaciones tengan que tener el nivel para llegar a la final, pero sí que sus integrantes "tengan la preocupación de que lo que han ensayado salga bien".
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