Ferraz evita asumir el plazo de mes y medio que fija Junts para cerrar las negociaciones pendientes.
La directriz de Junts de ir "partido a partido" en sus negociaciones con el PSOE está retrasando la presentación de los Presupuestos para este año. Aunque los socialistas lo tenían que haber hecho —como tarde— a finales del pasado septiembre, siguen sin dar el paso porque ni siquiera han empezado a negociarlos con Junts. Así lo reconocen fuentes socialistas, que tratan de allanar el camino de la prórroga presupuestaria alegando que el país "va como una moto" con las cuentas de 2023, lo que demuestra que "se puede continuar" tirando de las mismas. En todo caso, logre o no sacarlos adelante, el PSOE tiene claro que le "merece la pena" seguir negociando con los de Carles Puigdemont hasta agotar la legislatura en 2027.
Según la Constitución, el Gobierno debe presentar el proyecto presupuestario al Congreso "al menos tres meses antes de la expiración de las cuentas del año anterior". Se trata de un plazo que se ha incumplido en varias ocasiones con independencia del color político que esté en Moncloa, si bien, el de Sánchez ha tenido que corregir sus propios plazos desde la vuelta del verano pasado. La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, empezó a trabajar en los Presupuestos para 2025 hace casi un año, cuando decidió que era mejor resignarse con los de 2024 y centrarse en los siguientes.
El primer compromiso fue presentarlos en septiembre u octubre para aprobarlos antes de que acabase el año. Pero cuando llegó la hora de votar la senda de déficit, el paso previo y clave para las cuentas, Junts adelantó su rechazo y el Gobierno optó por retirar la votación para esquivar el golpe. El siguiente plazo que estipuló Sánchez fue el de los congresos de ERC y Junts que no concluyeron hasta el mes de diciembre. Sin embargo, los órdagos de los posconvergentes se intensificaron en los últimos coletazos del año, lo que volvió a complicar la negociación presupuestaria, por lo que el presidente asumió una nueva demora y se puso como objetivo el primer trimestre del año 2025.
Pero el deshielo entre el Gobierno y Junts se ha hecho esperar hasta finales de enero, cuando pactaron 'in extremis' el decreto ómnibus a cambio de permitir el debate sobre la cuestión de confianza a Sánchez. De esta forma, los socialistas también asumieron que las negociaciones con sus socios más inestables serán siempre tediosas. Y aunque Moncloa planteó el nuevo clima con Junts como una "oportunidad" para volver a ponerse manos a la obra con los Presupuestos, fuentes socialistas reconocen que todavía no se ha empezado a hablar sobre este asunto.
Los posconvergentes insisten en que "es importante que se cierren las carpetas pendientes antes de abrir unas nuevas" y, para abrir la presupuestaria, deben abordar la de la senda de déficit, que todavía tiene que pasar por el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), lo que no sucederá hasta el 26 de febrero, es decir, con un mes de retraso respecto a la fecha marcada por Sánchez. También está sobre la mesa la delegación de las competencias migratorias a Cataluña o la oficialidad del catalán en la Unión Europea.
Entre tanto, el optimismo del Gobierno respecto a los Presupuestos fluctúa arrastrado por su relación con Junts. Ahora ya no tienen tan claro poder presentarlos antes de que termine el mes de marzo y en Ferraz matizan que hacerlo es un "objetivo" pero no un "compromiso". El único compromiso que adquiere ahora en el PSOE es negociar con los grupos para intentar cerrar sus apoyos, sin embargo, en los últimos meses varios ministros sí se habían comprometido a presentarlos pese a no tener los apoyos atados.
El PSOE rehúye del plazo marcado por Junts
Junts asegura que no es "optimista" re... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}