Los investigadores del Grupo de Robos seguían su pista desde hacía días. Tenían las características de un coche sospechoso que había sido visto en otras escenas del delito, pero en una ciudad que en Navidad se desborda, no estaba de mal una pizca de fortuna. Establecieron dos dispositivos de vigilancia para atraparlos. Uno, en la comarca de la Axarquía, donde pensaban que los malos podían tener su base: y otro, en el distrito Este de la capital malagueña, su particular ‘coto de caza’ donde llevaban tiempo asaltando viviendas.
Ese 26 de diciembre parecía que iba a ser una nueva infructuosa, hasta que por la tarde los agentes detectaron un coche similar al de su pista que se adentraba en la urbanización de Miraflores de El Palo. Comenzaron a seguirlo discretamente y constaron que estaba ocupado por tres individuos. El vehículo se detuvo junto a un inmueble y uno de los sospechosos saltó a su interior. Los policías supieron en ese instante que estaban ante los ladrones de casas que les habían ocasionado tantos quebraderos de cabeza.
Se desplegaron para tratar de impedir su huida, pero no contaban con la violenta respuesta de los delincuentes. Embistieron con su turismo un primer coche policial que intentó cortarles el paso y en el que se encontraban tres investigadores. Uno de ellos resultó herido leve. A partir de ese momento, se inició una compleja y discreta persecución que se prolongó durante 130 kilómetros hasta el municipio granadino de Armilla, y que concluyó con la detención de tres miembros de una célula albanesa dedicada a robar en viviendas que se había trasladado a Málaga para hacer su particular campaña navideña.
Fuentes policiales explicaron que se vincula a los arrestados con una decena de robos en casas unifamiliares y bajos con patio o jardín ubicados en la zona Este de la capital, aunque se investiga su posible participación en asaltos perpetrados en el vecino municipio de Rincón de la Victoria. Los tres detenidos, todos albaneses, y con antecedentes por hechos similares, han ingresado en prisión acusados de robo con fuerza, pertenencia a organización criminal, falsedad documental y atentado a agente de la autoridad.
Las pesquisas han acabado situando el centro de operaciones de esta organización en Iznate, donde vivían en una zona en la que no llamaban la atención, y desde la que se desplazaban para cometer sus asaltos. Fuentes cercanas al caso señalaron que no son los ladrones más sofisticados que han operado en la ciudad, ya que solían optar por el escalo y forzar con palancas puertas y ventanas para acceder al interior de los inmuebles, pero este modus operandi les daba resultados y durante un tiempo fueron los supuestos responsables del repunte de estos delitos en la ciudad.
En el domicilio de la Axarquía en el que se habían instalado, los agentes hallaron multitud de efectos presuntamente sustraídos en sus golpes, que apuntalarían las acusaciones en su contra. Sobre todo, unas joyas que han sido recuperadas y que han sido identificadas por sus dueños. También se han recuperado móviles y herramientas.
Uno de los aspectos llamativos de esta actuación policial es que los ladrones no dudaron en embestir a los agentes. Sin pararse a pensar en que estaban poniendo en peligro sus vidas. "Un síntoma de la pérdida del principio de autoridad", apunta una tercera fuente, que recalca que, "ahora, cualquiera arremete contra un policía". Este atentado se produjo unas pocas semanas antes de que un inspector de Algeciras se reincorporase al trabajo tras pasar cuatro años de baja después de ser arrollado por el todoterreno de un narcotraficante.
Los sospechosos, en prisión, fueron detenidos tras entrar en un centro comercial de Armilla para volver a cambiarse de ropa
El operativo que ha permitido la caída de esta célula requirió un trabajo contrarreloj de coordinación y movilización que tuvo su desenlace en Armilla. Después de que los arrestados impactasen contra el coche policial, un segundo vehículo camuflado comenzó un discreto seguimiento para no perder de vista a los sospechosos. Los jefes aprovecharon ese respiro para improvisar un dispositivo de vigilancia que transcurrió durante unos 130 kilómetros y que concluyó en el municipio granadino.
Cuando los investigados, que durante el trayecto hicieron una parada para cambiar de coche y vestirse con otra ropa, llegaron a Armilla, abandonaron el vehículo y se introdujeron en un centro comercial. Fue el momento en el que se decidió su detención. Los tres sospechosos fueron capturados después de entrar en una tienda en la que iban a llevar a cabo un segundo cambio de prendas. Eran aproximadamente las 22:00. La operación Ficus se saldaba con éxito unas horas después de precipitarse.
Las fuentes consultadas apuntaron que —posiblemente— los investigados se desplazaron a Granada porque era una zona que conocían y en la que se sentían seguros. Allí podrían permanecer un tiempo y esperar a que la situación se calmara para volver a actuar.
Los tres individuos, que al parecer utilizaban documentación falsa para alquilar vehículos y viviendas, y que desempeñaban roles concretos a la hora de llevar a cabo los robos, han ingresado en prisión.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}