La entrevista en TV3 a Carles Puigdemont del martes de la semana pasada, forzada por los sectores más independentistas en la cadena pública, se ha saldado con un fracaso de audiencia poco comentado. Apenas 219.000 espectadores y una cuota de pantalla del 12%. Tanto es así, que en Cataluña a Puigdemont le ganó David Broncano, con La Revuelta de TVE, que obtuvo 221.000 seguidores. TV3 se saltó la ley porque la dio al expresidente una entrevista en horario prime time, en directo, como si fuera el jefe de la oposición, aunque ha renunciado a serlo. Al final se hizo un escaso favor al movimiento soberanista.
Para maquillar el desastre, TV3 informó de que en el caso de la entrevista a Puigdemont había que sumar la audiencia que había tenido en la cadena 3/24, el formato de noticias en 24 horas que la emitió de manera simultánea. Eso le permitió al líder de Junts añadir otros 40.000 espectadores y sumar otros 2,4% de cuota de pantalla.
Esta maniobra estadística no la hizo TV3 cuando entrevistó al actual presidente de la Generalitat, Salvador Illa, el pasado 2 de septiembre. Entonces, el presidente catalán obtuvo 168.000 espectadores, un 9,8% de cuota de pantalla y fue superado por El Hormiguero de Antena 3 en Cataluña. Pero si le hubiesen sumado los 21.000 que le siguieron a través del canal 3/24, casi hubiera igualado los registros del residente en Waterloo.
La debacle en las audiencias de TV3 opera como un registro fósil de la caída del procés. También en línea con la enorme cantidad de mentiras que el propio Puigdemont no ha dejado de decir durante estos últimos siete años. En septiembre 2017, cuando aseguraba que Cataluña sería reconocida internacionalmente en cuanto hiciera su referéndum, logró una audiencia de 615.000 espectadores, el triple que siete años después. En 2018, cuando el Consell de la República iba a ser la Generalitat alternativa, TV3 le volvió a entrevistar y llegó a los 991.000 catalanes que siguieron la retransmisión, con una cuota de pantalla del 30,5%. En julio de 2020 se le volvió a entrevistar y ya el descenso fue notable: 445.000 personas para decir que si el Parlament le invistiese presidente, volvería a Cataluña.
Caída en picado
Desde 2018, la caída en picado de Puigdemont como motor de audiencia de TV3 ha sido del 73%. Y eso incluyendo el maquillaje estadístico de la cadena autonómica con la última entrevista. El reflejo en el mundo real es el Parlament de Cataluña, donde ni siquiera con los dos diputados de Aliança Catalana habría mayoría independentista.
Eso no quiere decir que el independentismo haya desaparecido en Cataluña, pero sí que está desmovilizado. ERC y Junts apuestan por mantener los mismos líderes que fracasaron en 2017, Oriol Junqueras y el propio Puigdemont y el contexto internacional, con la guerra de Ucrania, juega en contra de veleidades soberanistas.
El papel de TV3
Este escenario también ha cambiado en los últimos años porque el grueso de la audiencia constitucionalista dejó de ver TV3 en 2017. La cadena ha dejado de ser la cadena de todos los catalanes para convertirse en un medio de comunicación donde una parte significativa de la audiencia potencial se siente insultada, como prueba el fenómeno de los humoristas del puta Espanya!. Por eso, por ejemplo, Puigdemont tiene más audiencia que Illa si le entrevista TV3.
Pero a Puigdemont también le pesa la sucesión de incumplimientos. Ni volvió a Cataluña, como se había comprometido en diversas ocasiones. Ni se ha retirado de la política si no ganaba las últimas autonómicas, como se comprometió durante la última campaña electoral. Eso y que su gran proyecto en Bélgica, el Consell de la República, ha entrado en fase de liquidación.
Puigdemont pierde ascendencia por la crisis en el seno del Consell de la República
TV3, que costará este 2025 un total de 335 millones, según el contrato plurianual que incluso le blinda de recortes que puedan sufrir otras áreas de la administración catalana, ya no sirve para ganar elecciones. Ni siquiera en Cataluña. Illa hizo la campaña del 12-M apareciendo en las cadenas de televisión españolas. Y ganó.
El mismo día que TV3 entrevistaba a Puigdemont desde Bruselas, con el coste que eso supone, no sólo le ganó Broncano. Es que en este momento las audiencias en Cataluña de TVE, más los dos principales canales de Atresmedia y los dos de Mediaset, son 2,5 veces superiores a la de la cadena pública catalana. Y eso sin hablar de Netflix y YouTube. El contexto mediático ha cambiado de manera radical, pero los políticos independentistas se niegan a reconocerlo.
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