Las pruebas realizadas tras el arresto supuestamente demostraron que los 18 envases estaban llenos de cocaína.
A principios de octubre, Maximiliano Acosta subió a un autobús en la ciudad de Mendoza con destino a la capital, Buenos Aires. Poco después, el autobús fue detenido en La Paz para lo que se suponía era un control de rutina por parte de un equipo de policías.
Al revisar el equipaje de los pasajeros, los agentes descubrieron que Acosta tenía 18 envases de talco y lo interrogaron al respecto. A pesar de la explicación del pasajero de que los envases en realidad contenían talco para uso personal, lo detuvieron bajo sospecha de posesión de drogas.
Las pruebas realizadas tras el arresto supuestamente demostraron que los 18 envases estaban llenos de cocaína, y Maximiliano fue puesto entre rejas sin avisar a su familia sobre su situación.
"Como resultado de los controles, los efectivos detectaron que un ciudadano portaba entre sus pertenencias envases de talco para higiene personal", indicó la Gendarmería en un comunicado del 2 de octubre, y agregó que en el operativo requisó un total de 2 kilogramos y 444 gramos de cocaína.
Se trataba de un decomiso de tal magnitud que incluso la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, lo publicó en las redes sociales.
Tras las protestas de Acosta, el polvo blanco fue enviado a otro laboratorio para realizarle pruebas, pero lo encarcelaron hasta que llegaron los segundos resultados.
"Llamamos a todos lados, pedimos la lista de pasajeros, nadie nos ofrecía información y estuvimos dos días sin saber el paradero de Maxi", contó su madre en un medio local.
Acosta estuvo detenido tres semanas hasta que llegaron los resultados de la segunda prueba, que confirmaban que el polvo blanco era talco y fue puesto en libertad. Pero en lugar de disculparse, los agentes lo dejaron marchar a pie por una carretera secundaria y tuvo que hacer autostop para poder regresar a su casa.
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