Los 5 descubrimientos gastronómicos del año en Madrid: bares y cocina de toda la vida, cócteles, tortitas y la mejor fusión

Los 5 descubrimientos gastronómicos del año en Madrid: bares y cocina de toda la vida, cócteles, tortitas y la mejor fusión

Doce meses. 365 días sin parar de comer (y beber), descubriendo algunos de los espacios más interesantes de la escena madrileña. Clásicos y de nuevo cuño. Porque de todo hay en este Madrid que estamos viviendo, probablemente una de las capitales internacionales más excitantes si hablamos de gastronomía. Y aun así, todavía hay mucho camino por recorrer. Se echan en falta más barrios fuera de la M30 con identidad culinaria. Lugares que se conviertan en destinos y que abracen una cocina de proximidad, con una idea clara de lo que se quiere transmitir y hagan oídos sordos a la locura de los precios.

Además, se hace hoy más necesario que nunca proteger y poner en valor aquellos bares, casas de comidas o restaurantes con un recetario foráneo que dan color y vida propia a nuestro callejero. Esta lista del año es un recorrido que no pretende pontificar, sino abrir el abanico de lo que es el comer en la capital. De las cafeterías de especialidad a las coctelerías, pasando por los puestos de los mercados y aquellos restaurantitos verdaderamente interesantes.

Rambal, la casa de comidas que siempre habíamos soñado

Inaugurada a principios de 2024, en el barrio de Lavapiés, esta casa de comidas rinde homenaje a la cocina tradicional española. Fundada por Narciso Bermejo y Pelayo Escandón, ambos originarios de Gijón, se inspira en los guisos y platos de cuchara de antaño, servidos en soperas y acompañados de ensaladas elaboradas al momento.

Rambal ha supuesto una revolución en Lavapiés. (Cedida)Rambal ha supuesto una revolución en Lavapiés. (Cedida) Rambal ha supuesto una revolución en Lavapiés. (Cedida)

Su propuesta culinaria se centra en menús asequibles que varían según el día de la semana. De martes a jueves, ofrecen un menú por 19,90 euros, mientras que los viernes y fines de semana el precio asciende a 29,90 euros. Los platos destacados incluyen el pote asturiano, las patatas a la riojana y la fabada, elaborados con ingredientes de proximidad. Además, cuentan con opciones vegetarianas y postres caseros, como el sobao con nata y almíbar de uvas.

Más allá de su oferta gastronómica, Rambal (Lavapiés, 6) se ha erigido como un espacio que reivindica la dignidad de la cocina casera y la importancia de la sobremesa. Con manteles de cuadros y una atmósfera cercana, el restaurante busca que los comensales se sientan como en casa, disfrutando de una atención cercana y personalizada. Un tesoro que es necesario reivindicar en un Madrid que a veces peca con los estreotipos.

La Capa, la reinvención del bar de toda la vida

La Capa (Condes de Barcelona, 8) es un bar ubicado en el barrio de Carabanchel, que ha sido revitalizado por tres jóvenes emprendedores: Arturo Romera, Antonio Tapia y Martin Phillipe See. Cansados de la precariedad laboral en el sector de la hostelería, decidieron reabrir una cafetería de los años sesenta, conservando su esencia original y potenciando su carácter tradicional.

En ella se va a comer lo de siempre, pero con una cierta esencia de producto. Hay elaboraciones como los huevos fritos con kokotxas de bacalao al pil pil, inspirados en el reconocido restaurante Granja Elena de Barcelona, o el escalope de pollo con pimientos rojos confitados. Además, cuentan con una cuidada selección de vinos naturales, ofreciendo la copa a precios asequibles y una carta con referencias nacionales e internacionales.

La Capa busca ser un punto de encuentro para los vecinos del barrio y amantes de la gastronomía tradicional. Se agradece que surjan opciones como esta, que dan sentido a lo cotidiano. Y nos recuerda que también hay vida fuera del centro. Incluso nos permite deambular y conocer la arquitectura de la zona, sus bares de viejo y las nuevas galerías de arte que han abierto

Planta Baja, coctelería de aire industrial y tragos únicos

A escasos metros de la Cibeles, en una de las calles donde también se sitúa la entrada a la Casa de América, encontramos esta coctelería. Detrás están Kevo Jacoby, un bartender bonaerense con experiencia en locales barceloneses como Two Schmucks, y Juan D´Onofrio, el cocinero que ha sido capaz de darle una estrella al restaurante Chispa Bistró. En Planta Baja (Marqués del Duero, 8) se combina como en ningún otro lugar de la capital la coctelería de autor, música de esa que evoca a los listening bars japoneses y un diseño que nos hace pensar en Londres o París.

 Kevo Jacoby y Juan D´Onofrio han creado con Planta Baja un de las mejores coctelerías de Madrid. (Planta Baja) Kevo Jacoby y Juan D´Onofrio han creado con Planta Baja un de las mejores coctelerías de Madrid. (Planta Baja) Kevo Jacoby y Juan D´Onofrio han creado con Planta Baja un de las mejores coctelerías de Madrid. (Planta Baja)

El local destaca por una estética que alterna elementos industriales con detalles algo más personales, lo que consigue crear un espacio acogedor y detallista. La carta incluye catorce tragos, entre los más solicitados están el Paloma Porteña, una refrescante mezcla de mezcal, tequila, yerbamate y refresco casero de pomelo, y su deliciosa reversión del Penicillin, con una infusión de baba ganoush, lo que le aporta notas de umami.

Watts Cantina, la meca de los pancakes y los vinos

Watts Cantina, en La Latina, mezcla lo mejor de una cantina contemporánea y un espacio para audiófilos. En esta cafetería de especialidad (Don Pedro, 4) hay opciones ricas y variadas, donde los pancakes se han convertido en su plato insignia. Estos, junto con opciones como el grilled cheese inspirado en la sopa de cebolla francesa y el sándwich de pernil venezolano, definen lo que es una cafetería moderna y actualizada. Además, el lugar destaca por su selección de vinos naturales y una barra muy dinámica, que fomenta la interacción entre clientes y camareros.

Las icónicas tortitas de Watts. (Watts Cantina)Las icónicas tortitas de Watts. (Watts Cantina) Las icónicas tortitas de Watts. (Watts Cantina)

Sin embargo, mucho de lo mejor trasciende lo culinario. Gracias a una cuidada selección musical que acompaña a los comensales desde la mañana hasta la noche. Con vinilos que pasan del jazz al hip hop y sesiones de DJ en las noches de fin de semana, el espacio se transforma según el momento del día. Todo esto ha hecho que Watts Cantina sea un referente para quienes buscan una experiencia que une gastronomía, sonido y crear comunidad. Algo que cada vez se echa más en falta en determinadas zonas invadidas por el turismo desaforado. Y aunque abrió en 2023, fue un descubrimiento para nosotros en 2024.

Insurgente, la mejor fusión en un puesto de mercado

Ubicado en el mercado de Chamberí (Alonso Cano, 10, puesto 6), Insurgente es un puestito nacido del sueño de dos cocineros, un colombiano y un argentino, que decidieron unir sus trayectorias y pasiones culinarias para crear un espacio único. La propuesta del local reconoce algo que es muy propio de la gastronomía madrileña: la fusión de sabores internacionales con la tradición local, incorporando influencias de sus respectivos países de origen y su experiencia en reconocidos restaurantes de aquí. Podríamos decir que Insurgente se distingue por una cocina creativa, elaborada con los propios productos del mercado y platos que son inquietos, reconociendo aquellos sabores que les son propios.

Tartar de atún, yema curada, mayo miso y arepita de maíz crujiente. (Insurgente)Tartar de atún, yema curada, mayo miso y arepita de maíz crujiente. (Insurgente) Tartar de atún, yema curada, mayo miso y arepita de maíz crujiente. (Insurgente)

El menú de Insurgente es un reflejo de sus creadores. Entre los platos más interesantes están los tacos de pollo con mango spicy, las croquetas de costilla de vaca con gel de lima y su icónico udón con salsa de calamar, una perfecta combinación de mar y montaña. La carta también incluye opciones como empanadas de birria y baos rellenos de brisket, todo elaborado en sus modestos fogones. Siempre con una mirada al detalle. Además, el menú rota según las temporadas, aprovechando los productos frescos del mercado.

En cuanto a la selección de vinos que ofrecen, es fácil encontrar mucha variedad de aquello que es tendencia: mínima intervención, zonas que despuntan más allá de Rioja y Ribera y precios contenidos. Por otro lado, el ambiente del mercado, con mesas compartidas, hace que todo tenga un punto de experiencia que lo convierte en algo verdaderamente especial.



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