La DANA de Valencia reaviva el recuerdo de la tragedia de Vargas en Venezuela: "Estábamos acorralados sin saberlo"


         La DANA de Valencia reaviva el recuerdo de la tragedia de Vargas en Venezuela: "Estábamos acorralados sin saberlo"

Este domingo se cumplen 25 años de uno de los peores desastres naturales de la historia reciente del país.

A 25 años de la tragedia de Vargas -estado ubicado al norte de Venezuela- Lisbeth y Enrique reciben a 20minutos en su piso de Vallecas para relatar lo que vivieron aquel 15 de diciembre de 1999, unos recuerdos que su mente no quiere ni puede olvidar. Con los ladridos de Jack de fondo -un cocker spaniel que los acompaña desde Caracas- la pareja enseña a esta servidora imágenes de la destrucción en su comunidad tras las riadas y desprendimientos que dejaron una cifra indeterminada de muertos que podría llegar a los 30.000, según las estimaciones de la ONU. Y es que un cuarto de siglo después todavía no hay datos oficiales de uno de los mayores desastres naturales de la historia reciente del país. "Estábamos acorralados sin saberlo", explica Lisbeth.

A pesar de los años el recuerdo de lo vivido sigue presente en su memoria y en su hogar, donde conservan los únicos dos objetos que lograron salvar del desastre: dos cuadros de Caracas que eran del padre de Lisbeth. Pero en las últimas semanas han pensado mucho más en aquella catástrofe debido las inundaciones provocadas por la DANA en Valencia. "Lo que pasó en Valencia no se pudo haber evitado, pero sí se podía minimizar el efecto sobre las personas, que quedaron totalmente desatendidas", opina Enrique. "Nosotros ya lo vivimos y sabemos el largo camino que les espera a los valencianos para reponerse por completo".

Aquel miércoles 15 no era un día cualquiera en Venezuela. Las lluvias torrenciales llevaban diez días azotando el norte del país y las montañas que se elevan sobre la costa pronto comenzarían a ceder. Pero el tiempo no parecía ser la prioridad de las autoridades. Ese día los venezolanos también estaban llamados a las urnas para votar por la nueva Constitución propuesta por el expresidente Hugo Chávez. A pesar de las lluvias la votación se llevó a cabo e incluso se prorrogó dos horas la jornada electoral. Chávez salió triunfante, pero la alegría de su victoria le duró muy poco porque los ríos y montañas no aguantarían mucho más tras el cierre de los colegios electorales.

El día antes del referéndum los periodistas le habían preguntado al mandatario si las lluvias podrían afectar la votación. "Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca", respondió citando a Simón Bolívar. Pero la naturaleza no le obedeció y se ensañó aún más en las siguientes horas con Vargas, donde las avalanchas de agua, barro, árboles y rocas de hasta 10 metros de diámetro sepultaron poblaciones enteras. Días más tarde, El País reveló que Chávez había desatendido un aviso de Protección Civil para declarar la emergencia nacional, que terminó decretándose dos días después.

Ninguna autoridad le avisó a Lisbeth y Enrique que debían evacuar su casa, construida en un abanico aluvial. Es decir, en una zona propensa a inundaciones repentinas. Salieron de su hogar junto a sus dos hijos -que en ese entonces tenían 10 y 4 años- por sentido común: su vivienda estaba más cerca del río que la de la tía abuela de Lisbeth y decidieron irse para allá. En la zona donde vivían esa masa de agua solía tener unos pocos centímetros de profundidad, pero ese día el río ya tenía mucho antes de la catástrofe unos dos metros de altura, recuerda Enrique.

La situación se complicó a altas horas de la noche del miércoles, cuando el sonido del río comenzó a intensificarse. "Oímos un rugido, después un golpe y se fue la luz", expresa Lisbeth. "De repente comenzamos a ver árboles enteros arrasados por la corriente y detrás de estos venían rocas que se habían desprendido de la montaña. Las piedras rodaban por la ladera y se estrellaban contra las viviendas como en un juego de bowling", continúa su esposo. "El agua se llevó a las personas que solo habían podido subirse al techo de sus coches y las calles se levantaron".

Ninguno de los dos se quedó de brazos cruzados y comenzaron a ayudar a las personas que se llevaba la corriente y a refugiar a los vecinos en su casa. Horas más tarde había unas 50 personas dentro de la vivienda, de los cuales... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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