La obra de Javier Marías sólo se ha representado dos veces en el cine y ninguno de los casos fue muy afortunado. Sin embargo, Brad Pitt trató sin éxito de subsanar este error tras enamorarse de 'Tu rostro mañana'.
El trasvase entre la gran novela y el cine es una historia del fracaso. Si bien Tolstoi ha gozado de alguna versión loable, la obra de Dostoievsky aún las espera; y lo mismo podría decirse de Proust, en cuya adaptación de En busca del tiempo perdido se han perdido tanto tiempo. Sólo los novelistas del realismo, como Galdós, Dickens o Delibes, han gozado de cierta fortuna en su migración al cine. En España, Mario Camus se anotó una de las pocas excepciones con la magistral (doblemente) La colmena.
La literatura contemporánea enturbió una traducción ya de por sí difícil. Si el puente que separaba las letras de los fotogramas lo habían cruzado, a tientas, pocas grandes novelas, las obras significativas del siglo XX y XXI han sido directamente esquivadas por los cineastas.
Baste ese lamento de Buñuel, enamorado de Bajo el volcán, de Malcolm Lowry, porque todo cuanto se contaba ocurría en la cabeza del narrador. O, por el mismo motivo, el hecho de que El guardián entre el centeno, pese a ser uno de los títulos más populares del pasado siglo, haya ahuyentado a legiones de guionistas. Pero vayamos ya a Brad Pitt.
Brad Pitt, ¿y Javier Marías?
Javier Marías escribió su primera novela tras un atracón de cine en Francia. El influjo del séptimo arte ha estado presente en su obra, pero su obra no ha estado muy presente en el cine. Gran parte de la culpa la tuvo la fallida adaptación de Todas las almas por parte de Gracia Querejeta, que deformó la novela hasta lo irreconocible en El último viaje de Robert Rylands. Esto molestó a Marías, que dejó constancia, en varios artículos, de su reluctancia ante cualquier otra adaptación.
Los años suavizaron su malestar, lo que nos dejó dolorosamente cerca de una versión cinematográfica de Tu rostro mañana presidida por Brad Pitt. Según confirmó el escritor por el 25º aniversario de Corazón tan blanco, su novela más difundida, Brad Pitt tomó la iniciativa tras leer Tu rostro mañana. Esta falsa trilogía (la componen tres libros que son, en la práctica, un mismo volumen) sigue a Jaime Deza, profesor universitario reconvertido, gracias a su intuición, en una suerte de espía o escrutador de identidades.
Mediante el visionado obsesivo de vídeos, entrevistas o el trato directo, Deza y sus colegas analizan las personalidades de centenares de hombres y mujeres y, sobre todo, indagan o deducen su hipotético comportamiento futuro. Pese a que Deza es el protagonista, el personaje que sedujo a Brad Pitt fue Tupra, jefe de Jaime, y se ofreció a interpretarlo.
Sólo Brad Pitt podía encapricharse de Tupra y no resultar, en consecuencia, ridículo, puesto que de este enigmático individuo dice su subalterno que era capaz de conquistar a cualquier mujer, e incluso Deza (al que se supone atractivo, se rumoreó que podría encarnarlo George Clooney) teme presentarle a su exmujer, a la que tendría que dar inmediatamente por perdida.
La adaptación de Tu rostro mañana, obra cumbre de la literatura europea en el último medio siglo, nunca se llevó a cabo. Directores como Alfonso Cuarón o Tornatore orbitaron en torno al proyecto, pero ninguno se atrevió a encararse con él.
La mayor parte de cuanto ocurre en Tu rostro mañana, como en Bajo el volcán (a la que sí se enfrentó el aguerrido John Huston, que incluso le doblaría el brazo a James Joyce), sucede en el interior de su personaje. ¿Cómo rodar, se preguntarían estos cineastas amilanados, el pensamiento? El pensamiento: parafraseando a Javier Marías en Tu rostro mañana, lo que jamás se ha visto, y lo que nunca puede ver nadie.
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