Amín y Dalil, dos jóvenes marroquíes de 17 años, suben con prisa la carretera camino al polígono del Tarajal de Ceuta, muy cerca de la frontera con Marruecos. Quieren cumplir el horario que les han marcado sus monitores para una salida de tiempo libre y no pueden demorarse mucho. Ambos están acogidos por la ciudad autónoma desde comienzos de agosto, cuando decidieron tirarse al mar y cruzar la frontera a nado. Esos días, la ciudad autónoma comenzó a recibir un goteo constante de entradas de menores migrantes, que se ha ido intensificado en la última semana hasta el punto de que este jueves el Ejecutivo local lanzó una llamada de auxilio a Gobierno y comunidades autónomas para que se articulen mecanismos que permitan trasladar a estos adolescentes a otros puntos de la Península. Las instalaciones de acogida de la ciudad están desbordadas y se están reorganizando, quitando espacio para aulas, despachos o instalaciones destinadas al almacenaje, priorizando que estos niños y adolescentes tengan espacios para dormir. Al menos, hasta que se abran otras o baje la presión migratoria, señalan fuentes del área de menores.
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http://dlvr.it/TC3Nbx
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