Son unos de los frutos secos con más propiedades beneficiosas para la salud, pero tienen un gran inconveniente: puede ser perjudiciales para la salud renal. Te damos el motivo por el cual deberías dejar de incluirlos en tu dieta o consumirlos con más moderación.
El consumo de frutos secos en España es elevado gracias a que estos forman parte de una dieta mediterránea rica en alimentos saludables. Los pistachos se encuentran en lo alto de la pirámide en cuanto a propiedades y beneficios. Sin embargo, como nunca hay nada perfecto, este fruto de cáscara y tono verdoso tiene un gran inconveniente para el riñón. De este órgano depende que nuestro organismo funcione correctamente y se puede decir que es el motor junto al corazón que hace que nuestro cuerpo cumpla su funcionalidad a la perfección.
Toda la toxicidad de los microorganismos que ingiere nuestro cuerpo son filtrados por los riñones. Estos se encargan de que a través de la orina se pueda eliminar aquello que nos hace daño o no necesitamos, por lo que cuidarlos es primordial para mantenernos sanos. Para ello, mantener una alimentación saludable es importante para conseguirlo. Como dice el dicho: es mejor la calidad que la cantidad. Es obvio que los alimentos naturales van a hacer bien a nuestro organismo, pero cuanto más moderadas y variadas sean las ingestas, mejor se obtendrán los beneficios.
Qué efecto tiene en los riñones comer pistachos
Incorporar en nuestra alimentación diaria pistachos puede tener efectos negativos en los riñones sobre todo si padeces algún problema renal. Es por ello que el impacto en nuestro organismo dependerá de varios factores como: la cantidad consumida, la salud general de los riñones y la dieta en general. Dentro de las grandes propiedades que contienen los pistachos, hay dos minerales a los que prestar especial atención: el potasio y el fósforo.
Es por eso que, aquellos que tengan un problema de riñones así como una enfermedad crónica renal y sometidos a diálisis, deben controlar la ingesta de pistachos. Los altos niveles de potasio y fósforo que contiene este fruto seco hace que los riñones tengan más dificultad en eliminarlos, ya que los riñones no pueden eliminar estos minerales en cantidades normales.
Esto último hace que esta situación también deba ser conocida por personas con riñones sanos. Por lo general, comer pistachos no debería causar problemas, siempre y cuando se haga con moderación. Siempre se puede contar con un profesional de la salud y la nutrición para valor de qué forma es mejor incluir los pistachos en la dieta para obtener bien sus beneficios.
Propiedades de los pistachos como fruto seco
Como ya se ha comentado, los pistachos son uno de los frutos secos mejor valorados gracias a sus propiedades. Incorporarlos en la dieta diaria de forma correcta puede aportar muchos beneficios y evitar así los puntos contraproducentes antes descritos. Los pistachos son una excelente fuente de nutrientes, incluidas proteínas, fibra, grasas saludables, vitaminas y minerales.
Esta variedad de nutrientes hace que sea un fruto seco denso. Por ello, entre los beneficios a los que puede contribuir se encuentra la salud cardiovascular, ya que mejora los lípidos en sangre y promueve la reducción del colesterol LDL, además de aumentar el colesterol HDL. También son beneficiosos para el control de peso debido a su capacidad para aumentar la saciedad y controlar el apetito gracias a su contenido de proteínas y fibra.
Además, pueden ayudar a mejorar la salud digestiva, regular los niveles de azúcar en la sangre y proporcionar antioxidantes que combaten el estrés oxidativo. Los pistachos también ofrecen beneficios para la salud ocular debido a su contenido de vitamina E y carotenoides, que pueden proteger contra enfermedades oculares relacionadas con la edad.
Referencias
Frutos secos y semillas. (2024, 30 enero). National Kidney Foundation. https://www.kidney.org/es/atoz/content/frutos-secos-y-semillas
Escuela de Pacientes - La alimentación en la Enfermedad Renal Crónica. (s. f.). https://escuelapacientes.riojasalud.es/erc/educacion-pacientes/la-alimentacion-en-la-enfermedad-renal-cronica