Audrey Magee, autora de 'La colonia': "Oigo a irlandeses que se quejan de que los inmigrantes que llegan no hablan bien inglés"


         Audrey Magee, autora de 'La colonia': "Oigo a irlandeses que se quejan de que los inmigrantes que llegan no hablan bien inglés"

Su última novela es una metáfora para reflexionar sobre la cultura colonialista de Europa

En La colonia, publicada en castellano por Sexto Piso, y en catalán por Edicions del Periscopi, Audrey Magee (Enniskerry, 1966; República de Irlanda) representa los troubles (problemas, o más bien disturbios) en Irlanda del Norte a través de la estancia de Lloyd, un pintor londinense, y Jean-Pierre Masson, un lingüista francés, en una pequeña isla de Irlanda del Sur que pertenece durante el verano de 1979.

La estructura de la novela entrelaza la historia de los isleños y los recién llegados, narrada en pasado, con breves noticias de atentados y asesinatos ocurridos ese año. "Estas últimas se cuentan en presente porque todavía persisten en nuestra memoria y nuestro carácter. Mi intención ha sido recrear el ambiente de mi infancia y adolescencia. Soy de Irlanda del Sur, nos creíamos a salvo de la violencia a nivel físico. Pero las noticias condicionaban nuestra rutina. Todo eso marca la identidad de un pueblo, y su relación con la bandera y el idioma", opina Magee.

La violencia en el libro escala hasta los ataques de Mountbatten en un barco en agosto de 1979, en el Sur. Al escuchar la radio, los isleños se percatan de que no están a salvo.

Lloyd, el pintor inglés, ansía pintar un cuadro que lo posicione en el mercado del arte, los isleños son peones, accesorios para su obra: el personaje representa la herencia colonial, y en su búsqueda de folclore exótico y tipismo, se identifica con Gauguin.

Jean-Pierre Masson, el lingüista francés, defiende el gaélico frente al empuje del inglés, pero aunque sus intenciones puedan parecer justas e idealistas, él también mitifica a los isleños, como si fueran mascotas para su verdadero fin: escribir un libro sobre esta lengua en peligro de extinción que lo convierta en una eminencia en la Academia.

En su lucha de gallos -los dos personajes no se soportan–, ambos coinciden en la explotación del paisaje, las tradiciones y la vida en la isla.

Magee narra la historia desde una perspectiva objetiva, como una observadora, colándose, eso sí, en la mente y sentimientos de sus personajes, pero nunca dirigiendo la opinión del lector. El mismo método que usó en su primera novela, The undertaking, publicada en 2014 y finalista de los Women’s Prize for fiction y el Irish Book Award. "Cuando tenía 8 o 9 años teníamos una tienda de chucherías. Me bastaba mirar a un niño para saber por sus gestos si era protestante o católico". Licenciada en Filología Alemana y Francesa, aprendió a escribir leyendo. "Cuando estudiaba en el colegio, leímos a Dickens y Jane Austen. Me aburría que me dijeran cómo debía sentirme y pensar. Marguerite Duras fue una revelación: me encanta cómo crea un espacio para el lector al que otorga libertad máxima".

Aparte de la autora francesa, su trabajo como periodista, en el Irish Times, primero y en London Times, después, le ha influido. "Para el Irish Times cubrí la guerra de Bosnia, y noticias de Pakistán y Bangladés. Escribí para un público irlandés. Más adelante, en el London Times, mis lectores eran británicos. Aprender a cambiar el foco fue vital".

Antes de saltar a la ficción, tuvo que mutar nuevamente el prisma. "Son disciplinas diferentes. Como reportera estuve inmersa en la violencia de Bosnia, e Irlanda del Norte, pero no fue hasta que escribí ficción, que me permití sentir esa violencia. Como periodista, no me lo podía permitir: si lo hubiera hecho, no habría podido hacer mi trabajo".

Joy, Beckett, Yates, Edna O´Brien... decir que quería ser escritora me parecía una osadía

Hace seis años que se dedica a la escritura. "Me costó decidirme: una mujer en Irlanda, en la casa de Joyce, Beckett, Yates y Edna O’Brien… Decir que quería ser escritora me parecía una osadía. Pero cuando me quedé embarazada de mi segundo hijo, estábamos terminando de construir nuestra casa, así que, me dije, ahora o nunca".

La colonia sirve de metáfora para reflexionar sobre la cultura colonialista del viejo continente. "Irlanda es una isla, y eso la convierte en un lugar de paso. Pero en este caso, fue diferente: se hizo lo que los ingleses quisieron: erradicar el idioma, reemplazarlo por el inglés, establecer sus sistemas legal, político y educativo. Funcionó como una plantilla, un modelo colonizador que Europa replicó en América, África, India…".

Admiro a aquellas naciones que han sabido conservar sus idiomas y donde uno no intentando imponerse al otro

Y añade: "Lo que ocurrió en España es diferente, pero tiene mucho en común. Al final, se trata de identidad, de cultura e idioma". Su lengua, el gaélico, asegura, fue ridiculizada.

"Es muy difícil juzgar a la población que decidió enseñar inglés a sus hijos: cuando se es pobre y se an... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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