El dique agrietó de madrugada y dio lugar al caos. Irrefrenables, las aguas del río Gravataí fueron arrasándolo todo a su paso, cuadra por cuadra, hasta inundar completamente el barrio de Sarandí, en la zona norte de la ciudad brasileña de Porto Alegre. Cuando la gente se despertó el sábado 4, a muchos el agua les llegaba por el tobillo. Y Cristiane Porto no tenía fuerzas para sacar sola a su marido y a su hijo de la casa.
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