Antonio Maíllo será el nuevo coordinador general de Izquierda Unida tras ganar las elecciones internas con claridad. El exlíder andaluz de la federación será quien suceda finalmente a Alberto Garzón al imponerse con el 53% de los votos, una mayoría absoluta que despeja su elección en la asamblea que se celebrará en los días 18 y 19 de mayo. La gran perdedora de este proceso es la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, que apenas ha logrado el 23% de los apoyos a pesar de ser la referencia de su partido en el Gobierno tras ser elegida por Yolanda Díaz en la cuota de IU en el Ejecutivo.
El andaluz ha duplicado los votos logrados por Rego, con 4.463 frente a 1.957 después de recibir el apoyo mayoritario de la militancia en Andalucía, la federación más numerosa de IU. El excoordinador andaluz buscó una alianza con la federación asturiana, donde IU también tiene un peso relevante, aunque contaba con apoyos distribuidos por toda la organización. Contaba también con el aval de la actual cúpula PCE, el principal partido imbricado en IU, con apoyos relevantes como el líder comunista Enrique Santiago o el jefe de la formación en Andalucía, Ernesto Alba. Hay que tener en cuenta que hay miembros del PCE en las cuatro candidaturas que se presentaban.
Las otras facciones, encabezadas por Álvaro Aguilera y José Antonio García Rubio, han logrado respectivamente un 14% y un 8%. El dato logrado por Maíllo es inferior al que logró Manu Pineda en las primarias celebradas por IU para las elecciones europeas del 9 de junio, aunque la distribución de apoyos del eurodiputado es similar. Fue en ese proceso cuando el andaluz dio un paso adelante después de que Rego anunciase su intención de presentarse a la Asamblea que se celebra el próximo fin de semana. Este movimiento de la ministra se leyó como un intento de la responsable de Juventud e Infancia de influir en el proceso de elección del candidato de IU a Bruselas. Y también una forma de romper la baraja después de meses de negociación para intentar que la sucesión de Alberto Garzón se solucionase con una lista de consenso.
No fue posible, aseguraron entonces desde el entorno de Maíllo, aunque ahora aseguran que buscarán el acuerdo con la candidatura de la ministra de Juventud. "Trabajaremos desde el acuerdo político para la estabilidad y tranquilidad de IU", apuntan fuentes de su candidatura, que se ponen como objetivo lograr una dirección "cohesionada, federal y plural". Tras la elección del coordinador general, llegará el turno de elegir la Coordinadora Federal y, después, la Comisión Colegiada, que hace las veces de dirección del partido. Rego, tras conocerse los resultados, se ha puesto a disposición del andaluz para armar una organización "fuerte y cohesionada".
El futuro líder de IU ya fue el jefe de la federación andaluza entre 2013 y 2019, pero dio un paso atrás después de superar un cáncer. "La política tiene que ser compatible con la vida", dijo este cordobés de Lucena, profesor de Latín en un instituto de Sevilla desde hace unos años. A pesar de su retiro, Maíllo no perdió su condición de referente, en contacto con los principales líderes de la izquierda nacional primero desde Aracena y luego desde la capital andaluza.
Mantiene buenas relaciones con Yolanda Díaz, con quien tendrá que tratar ahora el encaje de IU en Sumar después de que, como todos los partidos bajo el paraguas magenta, hayan surgido diferencias en el modelo que debe seguir el espacio de la izquierda. El dirigente andaluz defiende la necesidad de que exista una confluencia y admite que la "suma de las debilidades" de las distintas formaciones del espectro político acabará por generar una alianza que deje atrás los conflictos actuales.
Desde el equipo de Maíllo hablan de "ilusión" después de un proceso asambleario que sirve para "activar" la organización. Su intención es conseguir "una IU más pegada al territorio". Este es uno de los principales reproches que Maíllo ha dedicado a la dirección anterior, encabezada por Alberto Garzón. Y según cuentan en su entorno, el modelo de Sira Rego perpetúa una fórmula cercana al hiperliderazgo. Según el político cordobés, los tiempos de los liderazgos fuertes han quedado atrás en el espacio de la izquierda.
La lectura que hace Maíllo, en un momento de repliegue del voto a la izquierda del PSOE, pasa por reforzar las bases, que permiten a los partidos salir adelante cuando los resultados electorales no acompañan, como le sucedió a él en 2015, en plena irrupción de Podemos, y logró salvar los muebles en el Parlamento andaluz con 5 diputados frente a los 15 que alcanzó Teresa Rodríguez como candidata morada.
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