Tan solo París, Ámsterdam o Berlín cuentan con unas instalaciones similares en el casco de la ciudad
En el barrio de la Alameda de Osuna, junto al jardín de El Capricho, un gran pinar da sombra a las caravanas y bungalós que se encuentran dentro de las instalaciones del Camping Osuna, el único en la ciudad de Madrid y que está de aniversario. Desde 1959 han pasado por sus parcelas más de 90 nacionalidades de visitantes, los cuales han hecho de este singular espacio uno de los campings urbanos más importantes de Europa. Tan solo París, Ámsterdam o Berlín cuentan con unas instalaciones similares en el casco de la ciudad, pues se encuentra a media hora en coche del centro de Madrid.
"Durante muchos años el camping se ha visto como un tipo de turismo barato, pero ahora ya somos un alojamiento más dentro de la amplia oferta que existe en una ciudad como Madrid. Vivimos al ritmo de la ciudad con picos de ocupación cuando hay eventos deportivos, acontecimientos musicales, ferias o desfiles", explica el gerente del camping, Juan Pablo Llorente. Además, hace énfasis en que el mundo del camping "vive un boom desde los años posteriores a la pandemia, ya que la gente le ha cogido el gusto a viajar por todo el mundo con su casa a cuestas".
En los 65 años de vida de estas instalaciones siempre ha sido un negocio familiar y en todo este tiempo han visto como el cliente ha variado mucho, pues "de unas vacaciones humildes hemos pasado a vehículos que cuesta unos 100.000 mil euros de media, como sucede con las autocaravanas", detalla Llorente.
Camino de las duchas, una visitante escocesa llamada Sarah relata que lleva una semana en el camping mientras visita Madrid: "Es alucinante tener un espacio tan tranquilo a tan poca distancia de la ciudad. Siempre viajamos en autocaravana y es uno de los destinos urbanos más bonitos en los que hemos estado mi pareja y yo".
Un aforo de 750 personas y experiencias 'premium'
Con un aforo de 750 personas, este camping tiene tres modalidades de alojamiento, que responden a las más comunes en recintos de este tipo: zona de acampada, parcelas para caravanas y bungalós. "Además, tenemos unas pequeñas cabañas suecas de madera y la tube experience, que es dormir en un tubo transparente donde se pueden ver las estrellas de noche", describe el gerente. El precio por pasar una noche es estas instalaciones es de 39 euros, mientras que la experiencia premium alcanza los 179 euros.
Por la recepción de estas instalaciones pasan dos tipos de clientes muy diferenciados en función de las fechas del año. "En fines de semana y puentes nacionales, el usuario son un 90% familias españolas que vienen a Madrid y se alojan en el camping como podrían hacerlo en cualquier otro sitio", explica Llorente. Sin embargo, el resto del año la mayoría de las plazas las ocupan jubilados europeos. "Tenemos registradas más de 90 nacionalidades de matrículas en nuestras bases de datos, han venido rodando desde Australia, Nueva Zelanda, China, Japón, Argentina o Alaska, entre otros", matiza el dueño de las instalaciones.
Con las maletas en la puerta y a la espera de un taxi, una familia peruana dice adiós a estas instalaciones después de cuatro días en la ciudad para visitar a unos familiares. "Vinimos aquí por una recomendación y nos ha gustado mucho vivir en un bungaló durante estos días. No nos importaría volver. Ahora nos vamos a Francia y también vamos a dormir en un camping", explica Christian.
El Camping de Osuna tiene una particularidad respecto a otras instalaciones del mismo tipo, explica su dueño: "Mientras que, por lo general, el camping es el destino de vacaciones para los visitantes, en Madrid el destino es la ciudad y el camping es una forma más de alojamiento, donde los clientes pasan el día fuera". El objetivo del camping de Madrid es dar unos servicios a los visitantes para que estén lo más cómodos posible durante su visita. Se centran en la restauración y en los aseos para la higiene personal de los visitantes.
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