Los padres de alumnos de cuarto de la ESO (15 y 16 años) reciben a pocos días del pasado lunes 25 de marzo un aviso de excursión de sus hijos a una actividad fuera del colegio concertado Inmaculado Corazón de María de Valencia, con el formulario habitual de autorización. El concepto: I Encuentro de Defensa de la Vida, organizado por el "Servicio de Sanidad y Consumo" del Ayuntamiento de Valencia. El mensaje, sin mayores referencias a su contenido y ponentes, informa de que el consistorio se hace cargo del transporte a través de un servicio de autobús. La actividad, por tanto, es gratuita. Varias decenas acuden al evento. Todos son menores de edad.
El "encuentro" fue, en realidad, una charla protagonizada por dos políticos de Vox contra el derecho al aborto y la ley orgánica de interrupción voluntaria del embarazo, avalada en mayo del año pasado por el Tribunal Constitucional. Pese a las referencias a un supuesto adoctrinamiento ideológico en las aulas por parte de la izquierda, que tantos argumentarios ha ocupado en los mítines políticos de los de Santiago Abascal, el concejal competente en el área de Sanidad, José Gosálvez, responsable de la organización del acto, y el diputado en el Congreso por Valencia, Carlos Flores, protagonizaron las intervenciones ante los alumnos de un centro financiado con dinero público. Comparecieron junto a la directora del Departamento de Medicina de la Universidad Cardenal Herrera CEU, Belén Merck; el profesor de Bioética de la misma universidad, Emilio García Sánchez; y Pilar Ferris, presidenta de la Fundación Red Madre de Valencia.
Los nombres de los ponentes figuraban en el cartel que la concejalía de Sanidad difundió a través de las cuentas del Ayuntamiento de Valencia, con un detalle que no pasó desapercibido a algunos de los padres más informados. En la comunicación no se presentaba a Flores, que tiene en su mochila vital una condena a un año de prisión por maltrato psicológico a su exmujer, como parlamentario de Vox, sino como catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia.
El protagonismo de Flores coincide con un acelerón de Vox en su agenda, con choques constantes con Catalá en el ayuntamiento
No es la primera vez. La formulación obviando la condición política de Flores y enfocando solo su labor como docente es la misma que otro organismo municipal controlado por Vox, la Fundación Valencia Activa, había empleado unos días antes para otro evento que soliviantó también a la oposición del PSPV y Compromís en la ciudad y ha generado mucha incomodidad en la alcaldesa, la popular María José Catalá: una jornada sobre "liderazgo con valores", clausurada por Juan Carlos Girauta el mismo día que se conocía la inclusión como número tres de la lista de Vox a las europeas.
Esa jornada, en la que Flores hizo la conferencia inaugural, había sustituido, por decisión del portavoz voxista, Juanma Badenas, otra sobre liderazgo femenino prevista para las mismas fechas. El cambio en el contenido ha coincidido además con la decisión de Vox de borrar de los objetivos estatutarios de la citada fundación pública el de la promoción de la igualdad de la mujer.
Carlos Flores se ha convertido en las últimas semanas en protagonista de dos actos que han provocado fuertes críticas en las formaciones de la oposición. Apartado y enviado a Madrid en su día por Vox en la negociación con el Partido Popular para el acuerdo de gobierno que hizo presidente al conservador Carlos Mazón, que puso la línea roja de la exclusión en el Consell por la sentencia por maltrato, el diputado que iba para vicepresidente de la Generalitat ha cogido vuelo en la política local en un momento en el que su partido ha pisado el acelerador en la llamada guerra cultural y política contra lo que denomina el "consenso progre": políticas públicas de igualdad de la mujer, ley de interrupción del embarazo o memoria histórica.
En negociaciones tuteladas desde Bambú, con Montserrat Lluís o Álvaro Zancajo en la cocina, la formación de Abascal está logrando marcar agenda a sus socios populares, forzándoles a transaccionar iniciativas en las Cortes Valencianas, como ha sido el caso de la derogación de la ley autonómica de memoria democrática, o abocando a la alcaldesa Catalá en Valencia a tratar de corregir algunas de sus propuestas. Este mismo miércoles por la tarde, la negativa de la primera edil de Valencia a ceder la palabra a Badenas en el pleno municipal, después de que la oposición criticase el cambio estatutario en Valencia Activa, provocó un plante de los cuatro concejales de Vox, que abandonaron la sala.
Los concejales de Vox plantan a Catalá en el pleno para evidenciar su dependencia política
El parón se extendió durante más de treinta minutos. Ediles del PP como José Mari Olano tuvieron que emplearse a fondo para convencer a los regidores ultraconservadores que regresasen al pleno para que no saliese adelante el siguiente punto del orden del día, una moción de Compromís contra lo que denomina "agenda ultra" de Vox y el paquete legislativo presentado junto al PP de Mazón para modificar también la ley del plurilingüismo, la de trasparencia y buen gobierno o las de la televisión autonómica y la Agencia Valenciana Antifraude.
El portavoz municipal de Vox, Juanma Badenas, lanzó una advertencia a través del canal dirigido a los medios de comunicación: "No tengo ninguna duda de que María José Catalá tiene tanto interés como nosotros en continuar con el cambio político en Valencia y, por tanto, cumplirá el pacto con nosotros y respetará nuestras competencias y políticas de libertad e igualdad. Las competencias de empleo, formación y emprendimientos corresponden a Vox en todos sus ámbitos".
Vox Valencia, entre 'lobby' y primera fuerza de oposición a la alcaldesa Catalá
Víctor Romero
Finalmente, los ediles de Vox regresaron para votar solamente el punto sobre la agenda legislativa autonómica, pero volvieron a marcharse, impidiendo al grupo popular sacar adelante una batería de modificaciones presupuestarias por importe de casi 37 millones que incluían ayudas a los afectados del incendio de Campanar o servicios sociales. La distancia y falta de confianza entre María José Catalá y Badenas, que comenzó a intuirse apenas arrancar la legislatura, es cada vez más evidente. La alcaldesa popular necesita los cuatro ediles de Vox para aprobar muchas de sus iniciativas y los ultraconservadores no pierden oportunidad de recordarle con los hechos esa debilidad política.
La dependencia no tardó en ser remarcada por la oposición, que viene poniendo el foco desde hace semanas en las salidas de tono de Vox. "Si algo ha dejado patente este pleno es que el Partido Popular y especialmente María José Catalá es rehén de la ultraderecha de esta ciudad", señaló la portavoz del PSPV-PSOE, Sandra Gómez. La dirigente socialista calificó a los ediles de Vox de "inadaptados políticos" y reclamó a la alcaldesa "que se libere y suelte lastre". "La dejan en ridículo delante de toda Valencia", asestó Gómez.
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