Animada (y asombrada) por la repercusión mediática de la campaña del año pasado, la Conferencia Episcopal Española (CEE) acaba de lanzar, desde el trampolín de San Valentín y hasta el 19 de febrero, lo que denomina la Semana del Matrimonio. Con una vuelta de tuerca al Forever dates, para siempre sabe mejor, de 2023, ahora se pasan al código Tinder con el Forever match. Un amor para siempre, que ejemplifican con el match para toda la vida que se dieron en 1973 la pareja formada Tomi y Salva, unos entrañables setentones que salieron airosos de un noviazgo de dos años a distancia y cimentado en cartas que se escribían cada día.
El objetivo declarado de los obispos con esta nueva campaña es "visibilizar la grandeza y dignidad del matrimonio cristiano y mostrar a la sociedad su belleza" en un momento en que, precisamente, el descenso del número de bodas por la Iglesia es vertiginoso, con una caída del 83% en los últimos 25 años: de 148.947 en 1996 a 24.957 en 2021, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Pero en este caso, dato no mata relato. La CEE se reafirma en sus convicciones. "Creemos firmemente en la fuerza del Forever y estamos convencidos de que el compromiso de por vida conduce a una alegría incomparable", señala a El Confidencial Miguel Garrigós, director del Secretariado de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida. Y tanta es la fe en la causa, que pretenden apuntalarla en su campaña promocional con la historia de Tomi y Salva, quienes, en la web diseñada para la ocasión (matrimonioesmas.org), rememoran su viaje a través del tiempo, revelan los secretos de su matrimonio y releen las cartas que se escribían en aquellos años antes del Tinder.
Más de medio siglo después de su match, esta pareja sigue viendo enamorados a su alrededor, claro, pero tampoco se les escapa que a la inmensa mayoría no se le cruza por la cabeza pasar por la vicaría. "Ahora las parejas lo tienen mucho más difícil que las de nuestra época. Antes se vivía de otra forma, más sencillamente, no había tanto individualismo, se pensaba más en el otro", señalan con una sola voz a este digital, sin olvidarse tampoco de que si ahora son muchos menos los que dan el like al matrimonio religioso tiene que ver, en su opinión, con "el miedo al compromiso para toda la vida, la falta de creencias religiosas en muchos casos o la inestabilidad social".
"El descenso en el número de bodas por la Iglesia es un fenómeno complejo con múltiples causas", abunda por su parte Miguel Garrigós. "Factores económicos, como la inestabilidad laboral y la dificultad para establecerse financieramente y encontrar una vivienda, pueden hacer que algunas parejas vean el matrimonio como una meta lejana. Además, la influencia de una cultura de lo provisorio también puede socavar la idea del compromiso duradero y cuando la relación atraviesa dificultades también hay que desecharla", añade.
También entona este sacerdote un mea culpa en nombre de la institución porque, "como Iglesia, con frecuencia no hemos sabido comunicar eficazmente la belleza y la grandeza del matrimonio como un ideal alcanzable y valioso en la vida cotidiana". Pero esto no les hace perder la fe. Todo lo contrario, "nos hace trabajar con mayor entusiasmo para proponer el tesoro que es el sacramento del matrimonio", afirma totalmente esperanzado en las bondades de la nueva campaña Forever.
No les consta con estas campañas haber propiciado ningún sí, quiero ante un altar, pero Garrigós señala que "sí hemos recibido solicitudes de ayuda para resolver crisis matrimoniales", una respuesta que, unida a los "muy positivos" comentarios recibidos de la campaña del Forever Dates, "nos motiva a seguir adelante con nuestro compromiso de fortalecer y apoyar la institución del matrimonio, ofreciendo recursos y orientación a quienes lo necesiten".
'Yincanas' y 'scape rooms'
Sin olvidarse tampoco de los elementos lúdicos que están poniendo en marcha estos días en las setenta diócesis que hay en España, como una master class sobre danza "para bailar el matrimonio", la yincana A la caza de vuestro tesoro, pensada para desarrollar entre varias parejas; o las que han utilizado en las dos ediciones anteriores, como el escape room en pareja "para escapar de un matrimonio normalucho"; rutas románticas para matrimonios; recetas para hacer a fuego lento; talleres… Y sí, también se reza en las vigilias de oración y misas programadas durante esta semana.
La información y calendario para todas estas actividades se puede encontrar en MatrimONio, la app creada por la Conferencia Episcopal para poner "tu matrimonio en modo ON" y cuyas opciones de descarga se pueden encontrar en appmatrimonio.es. "La aplicación ha demostrado ser una herramienta tremendamente efectiva y fácil de usar", destaca Garrigós, quien resalta "el aumento significativo en el número de descargas". "En Android tenemos registradas antes de comenzar esta semana 4.200 descargas y los usuarios son de 180 países diferentes, el 90% de España. Al comenzar esta semana, ya hay otros 1200 usuarios nuevos en esta plataforma", detalla.
Sin poder ofrecer las estadísticas de las descargas en iOS —"Apple no proporciona las estadísticas de forma inmediata"—, apunta que allí son 4.000 los usuarios que ya tienen la aplicación descargada desde la edición anterior. Y destaca que otras de las actividades, la del "retiro en el hogar" para matrimonios, en donde se ofrecen una serie de reflexiones y actividades, está siendo seguido por más de 800 parejas.
Un hombre usa ChatGPT para ligar por Tinder y hace 'match' con 5.239 mujeres
R. Badillo
Aunque a la vista del comentario de un usuario que dice haberse bajado la aplicación, su intento de match se ha deslizado de forma imprevista hasta dejar KO su relación. "Estoy muy enfadado con esto. Me descargué esta aplicación esperando reavivar la llama de mi matrimonio. Nada más recitar la primera oración, mi mujer, inmediatamente, me pidió el divorcio. ¿Qué se supone que debo hacer ahora, Señor?", se lamentaba el día de los enamorados de 2023 Raúl Serrano, quien acababa su pésima valoración dando un portazo a la Iglesia y deseando que "los demás creyentes vengan conmigo".
Desde luego no es el caso de Tomi y Salva. Mucho antes de las aplicaciones de citas y sus lenguajes, ellos sabían que un match les revoloteaba en el estómago "cuando te imaginas llegar a la vejez juntos". Ahora que ya han conseguido permanecer unidos buena parte de sus vidas, ofrecen la receta. "A nosotros nos ha servido, el amor, el respeto mutuo, respetar los espacios de cada uno y cuidar mucho los detalles. En definitiva, no perder la ilusión y la armonía. Cuando surge un problema, hablarlo y por todos los medios buscar una solución, aunque a veces, tengas que perder parte de lo que crees tus derechos, por el bien de la familia. Hace falta ser generosos".
Aunque reconocen que la fórmula no es magistral. "La manera de relacionarse las parejas ya no es la de nuestra época, los ambientes son distintos, nos parece que es más impersonal. Vemos que se han perdido valores que para nosotros eran fundamentales, como el compromiso, la fidelidad, la fe y la esperanza de que sería para toda la vida. Ahora parece que da miedo. Se teme ser generoso".
Tampoco ignoran a otros que, como ellos, aportaron todos esos mismos elementos a su relación de pareja, no consiguieron superar la prueba, e incluso fueron orillados por la misma institución eclesial porque acabaron separándose o divorciándose. Hasta que el papa Francisco, con su exhortación Amoris laetitia (2016), mostró a una Iglesia también acogedora con quienes no encontraban otro remedio más que deshacer su match; o la reciente nota doctrinal Fiducia supplicans (2023), que permite a muchos católicos que vivían relaciones de pareja irregulares —divorciados vueltos a casar, parejas de hecho, homosexuales…— descargarse la conciencia y la aplicación de las segundas oportunidades.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}