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El túnel de Abdalajís es la infraestructura más compleja de la línea de AVE que une Córdoba con Málaga no sólo por su longitud, superior a los 7 kilómetros, sino por el terreno que atraviesa. La cadena montañosa que separa la capital de la Costa del Sol de las llanuras centrales de Andalucía es célebre por el Caminito del Rey, pero también porque bajo ella hay una "cadena de acuíferos" que de vez en cuando se hacen notar, como ha ocurrido ahora. Es precisamente la presión hidrostática del agua subterránea de la sierra del Guadalhorce la que provocó un derrumbe parcial hace unos días en el túnel que mantiene cerrado uno de sus dos tubos, a pesar de que no se han registrado retrasos, más allá de los que hubo el martes.
Según fuentes de Adif, los trenes de alta velocidad que van o vuelven a Málaga sólo pueden utilizar una de las dos vías después del desprendimiento registrado en las bóvedas y la inundación parcial del túnel. Es el último capítulo de un historial de problemas que comenzó hace dos décadas, ya que fue en 2005 cuando las obras del AVE provocaron una intromisión en el acuífero. El resultado fue un problema en el abastecimiento del pueblo anexo, Valle de Abdalajís, un municipio que no llega a los 2.500 habitantes, que era conocido por sus manantiales, pero que tiene problemas de abastecimiento de agua desde hace 20 años.
La obra pinchó el acuífero que surtía de agua a la localidad y desde entonces el administrador de infraestructuras ferroviarias ha tenido que colaborar en el abastecimiento, no sin polémicas. La localidad malagueña accede desde entonces a dos pozos que no han provocado cortes en el agua del grifo, pero que sí obliga a la entidad dependiente del Ministerio de Transportes a suministrar agua en cubas para rellenar los acuíferos que nutren esos dos pozos en un asunto que incluso ha llegado a los tribunales.
"Allí siempre se opusieron al trazado del AVE porque sabían que podía generar esto al ser una zona de manantiales", explica Guzmán Ahumada, dirigente de IU en Málaga, que considera que el derrumbe registrado este mes de julio puede tener relación con el registro de precipitaciones de este año hidrológico, que ha superado la media de los últimos años. El PP, por su parte, ha puesto el foco en la "falta de mantenimiento", e incluso ha planteado una pregunta parlamentaria para interesarse por la situación.
Entonces, el Ayuntamiento de Valle de Abdalajís firmó un convenio con Adif, que se comprometió a buscar una solución definitiva para el problema de abastecimiento y, mientras tanto, a asumir el coste del suministro alternativo para evitar la desecación del resto de pozos. En el mandato municipal que fue de 2019 a 2023, IU ganó por mayoría absoluta en la localidad malagueña, en parte por su labor en defensa de la búsqueda de un arreglo para el problema, y es justo en ese momento cuando se produjo el conflicto jurídico con la entidad dependiente de Transportes.
Un cambio en la ley de contratos del sector público derivó en una decisión de Adif que la llevó a dejar de suministrar el agua. La respuesta llegó desde el ayuntamiento y también la Diputación de Málaga, en manos del PP, pero hace apenas unos meses la justicia ha dado la razón a la entidad estatal. No obstante, el municipio recurrió y la situación volvió al statu quo anterior hasta que la sentencia no sea firme, por lo que el administrador de infraestructuras ferroviarias sigue aportando el agua necesaria para mantener los dos pozos que dan agua a Valle de Abdalajís.
Las obras financiadas por la Diputación malagueña, a instancias del consistorio, han mejorado el estado de los dos pozos y ya no son necesarias las cubas todo el año, pero este derrumbe parcial en el túnel de Abdalajís sirve para recordar que este problema se mantendrá por las circunstancias del terreno que cruza esta infraestructura básica para el buen funcionamiento de la red de alta velocidad que conecta a Málaga con el resto del país.
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