María reivindica su derecho a trabajar: "Las empresas no entienden el autismo ni saben adaptarse"


         María reivindica su derecho a trabajar: "Las empresas no entienden el autismo ni saben adaptarse"

María tiene 25 años y descubrió que era autista hace poco más de un año.

María tiene 25 años y solo hace uno que sabe que es autista. Antes, como otras tantas mujeres en el espectro, había hecho esfuerzos titánicos para adaptarse a una sociedad que no acababa de entender y en la que se sentía incomprendida, “llevaba ya un tiempo pensando que me pasaba algo, que tenía quizá TDAH o algo similar, hasta que empecé a saber más sobre autismo, me puse a leer… y decidí que tenía que buscar un diagnóstico oficial. Fui a la Fundación Quinta, en Madrid, me evaluaron y me dieron el diagnóstico en marzo del año pasado”, cuenta

Hasta entonces, se había dedicado, de manera inconsciente, a enmascarar sus rasgos, lo que se conoce como ‘masking’, “toda mi vida porque siempre he tenido problemas sociales, pero nunca habíamos sospechado que tenía que ver con autismo porque algunas de las señales yo las ocultaba muchísimo o incluso las tomábamos, dentro de la familia, como manías, porque tenía problemas con la comida, necesito oscuridad absoluta para dormir… pero no eran manías, sino hipersensibilidades…”

Sin embargo, hay algo que sí estaba muy presente, y eran sus problemas socializar, para hablar con la gente o para hacer amigos, “a mí siempre me decían que era muy borde, pero yo no sentía que era borde, y ahora sé que era porque siempre he sido muy directa. Con el tiempo, y recordando estas cosas, es cuando me he dado cuenta de que las cosas que me pasan no son las que le pasan a todo el mundo, que era por mi condición”.

María ha tenido siempre problemas de ansiedad, sobre todo cuando empezó a tener más vida social, de adolescente, “tomo pastillas para la ansiedad porque la he tenido siempre, y no solo por el masking, como pasa a muchas personas con autismo, también porque forma parte de mi personalidad. Es de las cosas que más sufro y que estoy tratando de trabajar en terapia para que no me afecte tanto”, reconoce.

Me siento incomprendida gran parte del tiempo

Aunque no lo puede saber con seguridad, sí cree que haber sabido en aquel momento que tenía autismo podría haber minimizado esos problemas de ansiedad, “solo con saber que tienes autismo, la gente puede entender que no socializas de la misma manera o que necesitas tomarte descansos sociales. Una de las cosas por las que quería el diagnóstico era precisamente para eso, para que la gente me entendiera, y eso sí habría cambiado, porque yo me siento incomprendida gran parte del tiempo y las adaptaciones en nuestra vida son superimportantes”.

A raíz del diagnóstico, María asegura que se ha empezado a conocer mejor y, aunque al principio fue un shock y no sabía cómo contárselo a la gente, con el tiempo ha entendido que está siendo muy beneficioso, “por ejemplo, me ha ayudado en la relación con mi pareja, que sabe que si le hago tal señal es que necesito que me acompañe un momento fuera, que necesito mis cascos en el metro porque los necesito, y que no es porque no quiero escucharle… pero siempre te encuentras con barreras”.

Sobradamente preparada, pero sin trabajo

Esas barreras las sigue encontrando, sobre todo, a nivel social y laboral, pues aunque el autismo no ha afectado a sus estudios, o al menos no le han impedido terminar los que se ha propuesto, la parte laboral sigue siendo un gran caballo de batalla. Ha conseguido terminar un máster en diseño y experiencia de usuario y ha terminado diseño y desarrollo de videojuegos, pero en la actualidad no tiene trabajo.

Ya ha trabajado alguna vez, y sabe que es capaz de hacerlo, pero reconoce que, como a la mayor parte de las personas autistas -casi el 90% no tiene empleo- le cuesta hasta pasar la primera entrevista, y todavía está muy mal visto eso de pedir adaptaciones, aunque sean mínimas, como llevar unos cascos aislantes del ruido o tener las luces más tenues, “yo no necesito mucho más, y estaría mucho mejor en un trabajo si me dicen con claridad qué tareas tengo que llevar a cabo, que todo sea directo… y el teletrabajo también ayuda mucho, pero muchas empresas no lo entienden. Tienes que ir enseñando a la gente, y va muy poco a poco”.

Es necesario que la gente entienda esta discapacidad para que te puedan ayudar o comprender, y que te sientas incluido y a gusto, algo que no suele ocurrir, la verdad

Que el autismo sea una discapacidad invisible, sobre todo en aquellas personas sin discapacidad intelectual asociada, no ayuda a que la sociedad les comprenda e incluso favorece que se minimicen los...

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto