¿Votar a los 16 años? Algunos padres han 'cedido' su papeleta a sus hijos menores: "Es una deuda"


         ¿Votar a los 16 años? Algunos padres han 'cedido' su papeleta a sus hijos menores: "Es una deuda"

La iniciativa emana de activistas y académicos que llevan años defendiendo el derecho a elegir de los niños.

Matías Cordero y su hija mayor, Maialen, recorrían el 21 de abril de 2024 el camino de tres minutos desde su casa en Vitoria hasta el colegio electoral, la misma escuela en la que ella y su hermano Xabi habían estudiado. El padre, investigador en derecho de los niños y doctorado en Sociología de la Infancia, se dirigía con cierta "pesadumbre" a colocar el sobre con su papeleta para las elecciones al Parlamento Vasco, en un ejercicio al que él denomina en una llamada telefónica con 20minutos "ritual que no resuelve nada". Estaba viviendo un "día de la marmota".

Se dirigió entonces a su hija y le preguntó: "Maialen, ¿te gustaría votar?". La niña, de entonces 13 años, accedió. Cordero habría votado a Podemos, pero el sobre que entró en la urna fue para Pacma. Matías Cordero lleva 20 años investigando asuntos relacionados con los derechos de la infancia y la participación política protagónica de niños y niñas. Aunque tenía en mente la implicación activa de sus pequeños en democracia "desde que Maialen estaba en la tripa de su madre", fue en ese recorrido de tres minutos cuando planteó esta acción subversiva.

"Yo ahora tengo 50 años. Esto pasó cuando yo tenía 49. Pensé que venía votando desde los 18 años y eso sólo había servido para crear un planeta más hostil para mi hija", señala este investigador, que cree "profundamente" en que no debería haber restricciones de edad para el voto. "Como adulto, en este mundo adultista, tengo una serie de vías de participación política que trascienden el voto. Lo mínimo que puedo hacer [por mi hija] es abrirle ese espacio", añade. Le cedió su voto porque "tenía mucho más sentido para Maialen que para mí", con el objetivo de paliar "una especie de deuda que yo sentía acumulándose".

Matías Cordero presentó la idea de que los padres cediesen el sufragio a sus hijos ante el Children’s Voting Colloquium, un grupo de activistas y académicos que lleva años defendiendo el derecho al voto de los niños. "Hubo gente del coloquio que se sumó y gente que no se sumó", pero de su propuesta surgió una carta en septiembre de 2024 que firmaron alrededor de 100 personas procedentes de este grupo, del mundo académico e individuos anónimos de países como Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, Argentina o Sudáfrica. Entre los firmantes, también se encontraba Philip D. Jaffé, miembro del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, algo que para el Children’s Voting Colloquium fue "muy significativo", asegura Cordero.

Implicar a los niños en la política

La decisión de renunciar al voto para dárselo a Maialen, que ahora tiene 14 años y que, además de en las elecciones autonómicas de Euskadi, ha ejercido su derecho a decidir en las Elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024, ha generado "interés a nuestro alrededor", confiesa la joven. "Es algo muy innovador, que no ha pasado antes", sostiene, pero no por ello ha inspirado a otros padres de su entorno a hacer lo mismo que Matías.

Lo que sí ha conseguido esta acción es generar en Maialen un mayor interés por la política. "Ahora que voto, tengo que pensar a qué partido elegir y en qué propone. Voy creciendo y también veo lo que pasa en el mundo, veo cuáles son los problemas y quiero arreglarlos votando a un partido u otro", argumenta esta adolescente, que no comparte con sus amigos la inquietud por la política porque, "como aún no pueden votar, están bastante más lejos que yo en esto".

Los niños y los jóvenes también experimentan desafección política. Así lo muestra el Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia, elaborado por Unicef España en colaboración con la Universidad de Sevilla y publicado en marzo de este año, que refleja que cuatro de cada 10 encuestados valora la situación política y económica de España como mala o muy mala (40,5%) y tres de cada 10 la considera como regular (31,4%). En este estudio participaron 15.070 chicos y chicas de 11 a 18 años, de todas las comunidades autónomas.

Pilar Blasco Climent, vicepresidenta primera del Consejo de la Juventud de España (CJE), incide en que estos datos de desarraigo político deben analizarse "más allá del enfoque de culpabilización a las personas jóvenes". "Es el sistema demo... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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