:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fac8%2F848%2F767%2Fac8848767f0e003f83836813fa9f420e.jpg)
España ha dado un paso firme contra el desperdicio de alimentos, y su nueva ley ya empieza a hacer eco en países vecinos como Portugal. Desde ahora, todos los bares y restaurantes españoles están obligados a ofrecer envases para que los clientes se lleven a casa las sobras de comida. Una medida que busca evitar que toneladas de alimentos terminen en la basura y que, según el medio portugués Postal, podría ser replicada pronto por el país luso.
La medida forma parte de la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, recientemente aprobada en el Congreso, y que también obliga a supermercados y empresas del sector alimentario a implementar planes de prevención. En los casos en los que no sea posible vender o transformar el producto, la prioridad será siempre destinarlo al consumo humano mediante donaciones.
Portugal ya observa de cerca este movimiento. El diario Postal destaca que los bares y restaurantes portugueses podrían verse pronto ante una normativa similar. Allí, al igual que en España, la intención es evitar que alimentos en buen estado acaben en el cubo de la basura. Además, las grandes superficies de más de 1.300 metros deberán establecer convenios con entidades sociales para redistribuir los productos no vendidos.
Las nuevas reglas también alcanzan a fábricas y productores. Siempre que sea posible, los alimentos no comercializados deberán transformarse en productos como mermeladas, zumos o yogures. Y si no hay alternativa viable, tendrán que destinarse a compostaje o alimentación animal. La normativa, eso sí, contempla flexibilidad para pequeñas empresas y contempla sanciones económicas para quienes incumplan.
El desperdicio es un grave problema en EspañaEl impacto esperado es una notable reducción en el desperdicio alimentario en España. Según datos oficiales, el país desperdició en 2023 más de 1,2 millones de toneladas de comida. La FAO calcula que el 30% de los alimentos producidos en el mundo acaban desechados. Reducir esa cifra es uno de los grandes objetivos de esta normativa, que también contempla campañas para concienciar al consumidor.
Expertos como Manuel Gómez Pallarés destacan el carácter pionero de la ley, aunque advierten que será necesario concretar más detalles para asegurar su eficacia. La implicación del consumidor será clave para que esta medida funcione, así como la capacidad logística de entidades sociales para recibir y distribuir los excedentes.
Estos pueblos están regalando pollos para combatir el desperdicio de alimentos: "Una familia, una gallina"
ACyVPortugal, por su parte, se plantea seguir los pasos de España y adaptarse a esta tendencia europea. La medida ha sido bien recibida por diversos sectores, y la esperanza es que otros países se sumen a esta cruzada contra el derroche. Mientras tanto, bares y restaurantes españoles se preparan para un cambio que, aunque pequeño en apariencia, podría marcar una gran diferencia en el modelo de consumo del futuro.