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La Generalitat valenciana sigue elevando su dependencia crediticia de la Administración central como consecuencia de la infrafinanciación que sufre. La acumulación de déficit hizo crecer en 2024 el endeudamiento del Gobierno regional que preside el popular Carlos Mazón hasta los 60.332 millones de euros, un 4,5% (2.653 millones) más que un año antes. El pasivo repite como el más alto de España en relación con el Producto Interior Bruto (PIB) autonómico (40,7%), según los datos publicados esta semana por el Banco de España sobre el cuatro trimestre del pasado ejercicio, que sirven para hacer balance del estado financiero de la Generalitat al cierre de la anualidad.
Una de las conclusiones que más llaman la atención es el enorme volumen de deuda autonómica acumulada en manos del Estado a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). El Tesoro público es el acreedor del 89,9% de todo lo que debe la Generalitat valenciana (54.228 millones). La dependencia ha crecido en más de un punto en el último semestre, pese a las operaciones que la Conselleria de Hacienda ha negociado con algunas entidades bancarias para refinanciar pasivos a tipos de interés más atractivos. La realidad es que los mercados privados siguen fuera del alcance de la Administración autonómica, por los costes que supondría en términos de gastos financieros recurrir a ellos. Los desequilibrios en el balance, por el desajuste crónico entre ingresos y gastos, siguen penalizando sus calificaciones crediticias.
La Hacienda valenciana pagará en 2025 un total de 1.143 millones de euros en intereses, un 24% que en 2024, según el anteproyecto de Presupuestos que el pleno del Consell de Mazón ha llevado a las Cortes y que confía en sacar adelante con el apoyo de Vox. Un dato para entender lo que representa esa mochila financiera: la partida anual de gasto en intereses de deuda es superior a todo el presupuesto de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio (1.144 millones), incluyendo las obras de este departamento vinculadas a la reconstrucción de la dana.
Mazón aprueba un presupuesto de 32.291 millones con cesiones a Vox que incumple el déficit de Montero
Víctor Romero. ValenciaLa razón de ese aumento en los gastos financieros está, además de en el mayor endeudamiento, en las operaciones de refinanciación. El Tesoro español ha ido reduciendo sus tipos de interés, también con el que presta a las autonomías, en paralelo a las rebajas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) conforme la inflación ha entrado en una senda de estabilidad. Sin embargo, la Generalitat afronta todos los años vencimientos de deuda originada en ejercicios en los que el coste del dinero era todavía más barato, incluso a tipo cero, por lo que las refinanciaciones con el FLA la penalizan económicamente.
La previsión para 2025 es que la deuda valenciana mantengan la senda alcista, toda vez que las cuentas de 2025 nacen con una previsión de déficit del 1,2%, muy por encima de 0,1% marcado como objetivo para las autonomías por el Ministerio de Hacienda. Ese agujero, si se ejecuta el crédito (normalmente nunca se gasta todo lo programado), termina cubriéndose cada año con cargo al FLA.
Para el actual ejercicio, el departamento de la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, ha autorizado, además, 2.364 millones de euros de deuda adicional para cubrir obras y gastos vinculados a la recuperación en las poblaciones afectadas por la riada del pasado 29 de octubre, aunque este pasivo no computará como déficit y será cubierto por el Tesoro.
El volumen de las cifras de deuda de la Generalitat revela, no obstante, la insuficiencia de la propuesta de condonación que Hacienda llevó hace varias semanas al Consejo de Política Fiscal y Financiera. La fórmula de Montero, más beneficiosa para Cataluña y Andalucía, arroja una quita de 11.200 millones de euros para la Comunidad Valenciana, una cantidad suficiente para los socialistas, pero que ha sido recibida con un rechazo frontal por la Generalitat gobernada por el PP. Primero porque considerar escasa la condonación y discriminatoria su formulación. Y, segundo, porque el Consell que preside Mazón cree que, sin un cambio en el modelo de reparto de la financiación autonómica, esa quita no es más que "un parche" que no resuelve las insuficiencias crónicas y estructurales.