¿Es seguro que un perro beba de los cuencos y platos públicos? Lo que dice la ciencia veterinaria


         ¿Es seguro que un perro beba de los cuencos y platos públicos? Lo que dice la ciencia veterinaria

Idealmente, los cuencos de agua públicos compartidos deben limpiarse tras cada uso.

En España hay un bar por cada 175 habitantes y, con la llegada del buen tiempo, las terrazas se llenan de actividad y cada vez es más frecuente ver a perros acompañando a sus cuidadores durante las salidas diarias. Este cambio en la cultura urbana no ha pasado desapercibido para los comerciantes y hosteleros, que con frecuencia colocan cuencos de agua a la entrada de bares, tiendas y cafeterías como muestra de hospitalidad hacia los animales de sus clientes. Sin embargo, aunque la intención es buena, no siempre se garantiza la seguridad sanitaria que requieren estos gestos.

Durante los paseos, especialmente en los meses de más calor, estos recipientes públicos pueden parecer la solución perfecta para saciar la sed de los perros, pero su uso no está exento de riesgos. Desde la Escuela de Medicina Veterinaria Texas A&M, la veterinaria y profesora Lori Teller ha advertido sobre los peligros que pueden suponer estos puntos de hidratación compartidos si no se mantienen en condiciones higiénicas adecuadas.

Los cuencos expuestos a la intemperie y sin una limpieza regular pueden convertirse en un caldo de cultivo para bacterias, moho, parásitos y otros agentes patógenos. Incluso un animal que haya pisado excrementos antes de acercarse a beber puede contaminar el agua con restos fecales. Por eso, aunque el gesto de ofrecer agua resulte amable, es importante considerar las implicaciones sanitarias que puede conllevar.

Enfermedades que pueden transmitirse

Entre las enfermedades que pueden contraerse al beber en cuencos comunitarios, los expertos citan algunas con síntomas leves pero también otras potencialmente graves. La tos de las perreras es una de las más comunes; se trata de una infección respiratoria que cursa con tos seca, fatiga y pérdida de apetito. Otras infecciones de riesgo son el virus del papiloma canino, la salmonelosis, la giardiasis, infecciones por Escheriquia coli o, en casos más graves, la leptospirosis, una enfermedad bacteriana que puede afectar a riñones e hígado y que suele transmitirse a través de la orina de roedores.

Todas estas patologías tienen una vía de transmisión común cuando se comparten recipientes sin un mantenimiento adecuado. La veterinaria recomienda, por tanto, valorar cuidadosamente el entorno y el estado del cuenco antes de permitir que un perro beba de él. Si el agua está turbia, estancada o contiene hojas, suciedad, se aprecian babas y saliva de otros perros o cualquier indicio de contaminación, es preferible evitar su consumo.

Alternativas más seguras para hidratar al animal

El mejor modo de prevenir infecciones es llevar agua propia y un recipiente portátil durante los paseos. Existen cuencos plegables o botellas con dispensador que permiten ofrecer agua limpia y segura en cualquier momento.

No obstante, como señala la veterinaria, hay situaciones en las que la deshidratación representa un riesgo mayor que una posible infección leve. En esos casos, por ejemplo, ante temperaturas extremas o tras una actividad física intensa, puede ser preferible permitir que el perro beba aunque el agua no provenga de una fuente ideal. La decisión dependerá de la situación concreta y de la salud del animal.

Cuencos compartidos en casa: una cuestión diferente

El uso de cuencos compartidos dentro del mismo hogar plantea una situación distinta. En el caso del plato del agua, los veterinarios consideran que no hay un riesgo elevado cuando los animales conviven habitualmente, ya que comparten exposición a los mismos agentes ambientales y microbiológicos. Aun así, se recomienda lavar tanto los recipientes de agua como los de comida con frecuencia, utilizando agua caliente y jabón.

Una buena hidratación es imprescindible en el cuidado responsable de un animal, pero debe garantizarse en condiciones de higiene adecuadas. Observar, evaluar y optar por medidas preventivas como el agua embotellada o llevar un plato plegable de uso personal sigue siendo la mejor garantía para evitar riesgos innecesarios.

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