
Las llamas se originaron el pasado viernes en Tokai, un extenso suburbio residencial de Ciudad del Cabo.
Un hombre ha sido detenido como sospechoso en relación con el incendio desatado el viernes pasado en el Parque Nacional de la Montaña de la Mesa en Sudáfrica, que domina Ciudad del Cabo (suroeste), donde los bomberos todavía tratan este martes de sofocar el fuego, según han informado las autoridades.
El miembro del Comité de Seguridad de la Alcaldía de la ciudad, Alderman JP Smith, ha indicado que la Policía detuvo a un individuo este lunes cerca de un fuego en la montaña, bajo sospecha de haber provocado un incendio, según ha señalado la televisión pública SABC.
Las llamas se originaron el pasado viernes en Tokai, un extenso suburbio residencial de Ciudad del Cabo que se encuentra en las faldas de Constantiaberg, una gran montaña con forma de lomo de ballena en la cordillera de la Montaña de la Mesa.
El incendio ha afectado a unas 3.000 hectáreas de vegetación, pero, de momento, no se han reportado daños estructurales ni víctimas más allá de una bombera que resultó herida. Más de 100 bomberos de la ciudad han actuado en primera línea en Tokai y sus alrededores, respondiendo a 214 fuegos, afirmó este martes el Ayuntamiento de Ciudad del Cabo en un comunicado.
"El incendio de Tokai ha sido un desafío en los últimos días. Si bien realizamos algunas evacuaciones preventivas el domingo, la dedicación de todos estos equipos mantuvo vidas y propiedades a salvo", ha dicho Smith, en referencia a las cerca de 200 casas que fueron evacuadas. "La magnitud de este incidente nos recuerda una vez más la amenaza de incendio en nuestra ciudad", ha añadido.
No es la primera vez que se declara un fuego en el Parque Nacional de la Montaña de la Mesa, una de las atracciones turísticas más representativas de Sudáfrica. El parque ya fue escenario de un incendio en abril de 2021, cuando las llamas se extendieron hasta alcanzar el campus de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT) y barrios residenciales cercanos. Entonces, el fuego destruyó miles de obras en la histórica biblioteca Jagger de la UCT, una de las universidades más importantes de África y fundada en 1829, incluyendo valiosas publicaciones sobre estudios africanos.