Este templo suele pasar desapercibido en la 'Ciudad de las Tres Culturas', ya que a menudo es eclipsado por la catedral y otros edificios imponentes, aunque en su interior se encuentra una de las mayores reliquias de España.
La urbe de Toledo puede presumir de tener uno de los patrimonios arquitectónicos religiosos más impresionantes que se pueden encontrar en España, y es que quienes visiten la conocida como 'Ciudad de las Tres Culturas' se darán de bruces con maravillas tan espectaculares como la catedral del siglo XIII o el Monasterio de San Juan de los Reyes. Eso sí, en la capital de Castilla-La Mancha hay infinidad de iglesias que quedan opacadas por la magnificencia de sus principales templos.
Uno de los casos más flagrantes de iglesias que pasan por debajo del radar de los turistas que visitan Toledo es, sin duda, la Iglesia de San Andrés. Si la ciudad castellanomanchega es conocida por la mezcla de culturas que hubo en la Edad Media, con este templo ocurre algo similar, ya que hay numerosos estilos arquitectónicos presentes en todo el edificio. Además, intramuros, los feligreses y los viajeros se llevan una gran sorpresa al descubrir lo que alberga, lo que también hace que sea uno de los lugares más especiales de toda la ciudad.
La iglesia de San Andrés y su colección de momias
Esta iglesia consta de tres naves bien diferenciadas. Según el propio Portal de Cultura de Castilla-La Mancha, ya hay referencias sobre el templo en el siglo XII, cuando un incendio destruyó gran parte del edificio, aunque posteriormente se llevaron a cabo varias reformas: en el siglo XIV se añadieron el crucero y la Capilla de la Epifanía, mientras que en el siglo XVII también se incorporaron elementos barrocos a los ya existentes de estilo mudéjar y gótico.
Una vez crucen las puertas de la iglesia, los visitantes no solo se toparán con increíbles columnas, arcos de todo tipo, varias capillas y un sublime retablo, sino que también podrán conocer el grupo de momias más grande de toda España: del subsuelo del templo se exhumaron más de 60 cuerpos en un excelente estado de conservación, y desde el suelo de cristal es posible contemplar esta sublime colección embalsamada que nadie se esperaría encontrar en Toledo.
Sin lugar a dudas, la Iglesia de San Andrés es una de las grandes joyas ocultas de una ciudad caracterizada por tener maravillas en todos y cada uno de los rincones del casco histórico. Por ello, si se quiere hacer una escapada a esta extraordinaria urbe, este templo debe ser una de las paradas del itinerario, casi de manera obligatoria.
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