
La Santa Sede y el papa dejan que en este municipio madrileño se coma carne los viernes de Cuaresma.
España es uno de los países de Europa que más destacan por su variedad geográfica y cultura. A lo largo de todo el territorio nacional se pueden encontrar tanto pueblos costeros como increíbles paisajes de interior. Además, los municipios esconden algunas curiosidades que conforman su identidad. Una de estas son los topónimos, que en muchas ocasiones reflejan el pasado y la historia de sus ciudadanos.
Al este de la Comunidad de Madrid se ubica el pueblo que destaca por la breve extensión del suyo, que le han llevado a convertirse en la localidad con el nombre más corto. Se trata de Meco, conocido por la cárcel de Álcalá-Meco, compartida con el municipio de Alcalá de Henares. Esta localidad está habitada por 15.732 habitantes, según datos de 2024 del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Relación entre Meco y el Vaticano
Pero la singularidad de Meco va más allá de sus cuatro letras. Es el único municipio español que cuenta con una bula papal -una especie de permiso especial del Vaticano- que permite a sus habitantes comer carne los viernes de Cuaresma.
Hay dos versiones sobre el origen de esta bula. Una de ellas explica que este privilegio fue concedido a Meco por el papa Inocencio VIII en el siglo XV, en recompensa por los servicios prestados al noble Íñigo López de Mendoza y Quiñones, segundo conde de Tendilla y señor de Meco.
Sin embargo, la segunda versión señala que fue el papa Clemente XIV quien concedió la bula a la ciudad de Meco en el siglo XVIII, por no poder recibir esta localidad pescado fresco al estar en el centro de la Península. Como sus habitantes no podrían cumplir con el ayuno preceptivo, el Papa habría emitido ese permiso especial para comer carne en Cuaresma.
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