Compatibilidad sexual, ¿en qué consiste? ¿Se puede mejorar?


         Compatibilidad sexual, ¿en qué consiste? ¿Se puede mejorar?

Aunque se piensa que encajar en la intimidad con la pareja es algo que puede darse o no, lo cierto es que es posible trabajar en ello.

Cuando nos empieza a gustar una persona, intentamos fijarnos en cómo encajan nuestras personalidades, es decir, cómo nos llevamos, si tenemos valores similares, aficiones compartidas, proyectos de futuro que pueden coexistir, la tortilla con o sin cebolla

En la intimidad, la forma de medir la afinidad es parecida. También se presta atención a cómo funcionamos o qué nos interesa en la cama, que es algo que no solo nace de cómo se ha construido nuestra sexualidad, sino de cómo la expresamos. Pero con tantos factores ¿cómo saber si realmente somos compatibles?

Por lo general, cuando esa compatibilidad no se da, hay una sensación de que el sexo no está funcionando como debería, se siente como una obligación o no fluye con facilidad, lo que no significa que sea una señal inequívoca de que no hay futuro posible. Como todo en una relación, esto es algo en lo que se puede trabajar (al igual que ser compatibles fuera de la cama).

Sobre este tema, Jaiya, sexóloga que ha aparecido en uno de los reality shows de Gwyneth Paltrow para Netflix, comenta que hay 5 categorías en las que se puede englobar tu personalidad en la intimidad: energética, sexual, sensual, kinky y cambiaformas, que puede ser cualquiera de las otras cuatro.

Y aunque personalmente soy un poco escéptica con esto de ponerle etiquetas a lo que nos gusta o nos excita -porque como la sexualidad es plástica creo que es algo muy cambiante no solo del momento en sí, sino de la etapa de la vida-, sí me parece interesante un ejercicio que propone para ser conscientes del propio placer.

Porque, spoiler, si no haces primero el trabajo de autoconocimiento, pretender que tu pareja lo adivine por arte de magia y poner en esas dotes interpretativas tu expectativa de que compartís una buena química, no va a salir bien.

La especialista propone un ejercicio que se llama "sexual mapping", conocer qué zonas de tu cuerpo son las que responden sexualmente a la estimulación y cómo hacerlo. Conocer esta información -un 'dibujo' sensorial que puedes empezar desde la punta de la cabeza y terminar en los dedos de los pies-, implica pararse en cada parte y ver qué pasa.

Una vez conoces cómo reaccionas y cómo lo hace tu pareja, es el momento de saber de qué manera. Porque una cosa es la excitación de una estimulación física y otra cosa despertar su deseo para que coincidan vuestras ganas.

Si tenéis diferentes lenguajes y no sois conscientes, lo que os hace pensar es que no llamáis la atención sexual de la otra persona, que no hay manera de conectar. Por eso, además de las zonas erógenas, la otra manera de mejorar la compatibilidad sexual es conocer cuál es el idioma erótico de la pareja, saber qué le excita. La información es placer.

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