
Con motivo del florecimiento, se llevarán a cabo actividades y rutas por el parque para representar su historia.
Casi 1.900 almendros ya están en flor en la Quinta de los Molinos. Esta marea rosa marca la llegada de la primavera, pero, este 2025, "se ha adelantado un poco", tal y como ha asegurado José Antonio Martínez Páramo, el delegado de Limpieza y Zonas Verdes del Ayuntamiento de Madrid. El período de floración en la quinta varía cada año, pero es habitual que los almendros comiencen a florecer entre mediados y finales de febrero, alcanzando su máximo esplendor a principios o mediados de marzo. Sin embargo, la temperatura y las precipitaciones pueden adelantar o retrasar este proceso. Una vez florecidos, las flores aguantan en buenas condiciones un máximo de tres semanas.
Por ello, desde este martes hasta el 9 de marzo, la Junta de Distrito de San Blas ha preparado una serie de actividades para acercar la quinta a madrileños y turistas, también con el objetivo de "descentralizar el turismo", según palabras de la concejal delegada de Turismo, Almudena Maíllo. El programa recoge visitas guiadas por el recinto, talleres de fotografía y otros tipos de talleres dirigidos a niños, rutas teatralizadas para recrear "cómo se vivía en esta quinta, que era un lugar donde vivían familias aristocráticas cercanas a la corte del rey", ha explicado Maíllo.
Pese a que el parque está abierto todo el año y los vecinos lo utilizan para hacer deporte, pasear o atajar sus trayectos hacia el metro Suanzes, durante estas tres semanas de floración se convierte en "un reclamo". Con el objetivo de sacarle partido, cada año el Ayuntamiento planta más almendros. En concreto, durante el año 2024 se añadieron 56 nuevos árboles para revitalizar el almendral. Actualmente, el parque alberga 1.895 almendros y la variedad más predominante es la marcona, con un total de 1.277 ejemplares, este tipo de árbol destaca por la calidad de sus almendras y su abundante floración.
Una quinta que necesita "más cuidados y jardineros"
La conservación de este conjunto verde "es una tarea constante", explica Páramo. "Los parques históricos, que son los que tienen más de 100 años, requieren una inversión mayor que cualquier otro en cuidados. En especial esta quinta requiere un mantenimiento con mayor cariño y, por ello, con más jardineros. Es una flor muy delicada que queremos conservar el mayor tiempo posible y de la mejor forma para los madrileños", ha continuado el delegado. Por ello, se realizan reposiciones de manera continua de los árboles dañados para garantizar la integridad del almendral.
Otra de las claves del encanto de esta parcela rosa de Madrid nace de la combinación de distintas especies y es que, más allá de la marcona, la segunda variedad más numerosa es la desmayo largueta, con 396 árboles, una variedad que es conocida por tener una floración temprana. Además, el parque cuenta con 226 almendros de otras variedades que se encuentran dispersos por toda su extensión, enriqueciendo la biodiversidad y aportando matices diferenciados al conjunto. Esta convivencia "favorece la polinización, la fertilidad de los almendros y el conjunto de distintas tonalidades blancas y rosadas", según explican fuentes municipales.
Un parque cedido por el conde de Torre Arias
El delegado de Limpieza ha asegurado que es una de las "joyas de la corona de Madrid". "Siempre hablamos del Retiro pero tenemos otros parques históricos más desconocidos, pero que son una maravilla. Este se incluyó en el Patrimonio Municipal en 1980 a través de un convenio de cesión con el conde de Torre Arias, gracias al que esta zona pasó a ser propiedad de todos los madrileños", ha sostenido Páramo. Las 21,26 hectáreas cedidas al Ayuntamiento de Madrid se mantienen, pero siempre buscando "conservar la esencia de una antigua finca de recreo y experimentación agrícola", explican fuentes del distrito.
En el corazón del parque se encuentra el Palacete de la Quinta, que en su día fue la residencia del conde que, pese a no estar abierta al público, otorga al parque ese ambiente señorial de su pasado. Además, el agua es otra protagonista fundamental por sus pozos, molinos y canales. El parque está abierto todos los días del año, de 6.30 a 22.00 horas y la mayor parte de sus recorridos son accesibles para personas con movilidad reducida.
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