
"Una cosa son gente vulnerable y otra son estos jetas; la ley tiene que distinguir", asegura la propietaria.
Una mujer se ha declarado en huelga de hambre en la localidad de Mos (Pontevedra) como forma de protesta por la ocupación de su casa y se ha instalado en el interior de un coche junto a la vivienda para pedir que se la devuelvan.
Pilar y su marido decidieron echar una mano y alojar temporalmente a la familia de un amigo del colegio de su hijo, que estaba pasando momentos de apuro, en una de las dos casas que tienen en el mismo terrero en esta localidad pontevedresa.
En este inmueble, señala Pilar, es donde ellos están empadronados, pero se lo cedieron porque, además de ser el de mayor tamaño, cuenta con una sola planta, algo que necesitaban los ahora okupas al aducir que tenían a su cargo personas mayores con problemas de movilidad.
Pero lo que iba a ser un alojamiento temporal de unas semanas se ha convertido en una "ocupación de un año y medio", en la que, según añade esta mujer, ella y su marido están corriendo con todos los gastos. Según su relato, cuando se enteró de que los okupas son unos estafadores profesionales que han ido dejando "pufos" a su paso por distintos lugares, decidió ocupar su propia casa.
"Vi la ventana abierta, y fue tal la rabia que sentí que me metí dentro; mi marido se quedó en negro porque decía que me iba a meter en un lío", dice. Accedió a una estancia "en un estado deplorable, lleno de jaulas con pájaros, ratones muertos y restos de comida en medio de un desorden y un caos terrible, acompañados de un olor muy penetrante".
Dicho olor y tanta suciedad le parecieron "insoportables", por lo que decidió retirarse a su coche, donde ahora ha iniciado una huelga de hambre que piensa prolongar hasta que decidan marcharse y devolverles la vivienda.
"Me siento tonta. Fue un acto de caridad, de buena fe, y me parece que esto es un abuso. Una cosa son gente vulnerable y otra son estos jetas; la ley tiene que distinguir entre estos dos tipos de personajes", afirma Pilar. El asunto está judicializado porque la familia okupa también ha denunciado a Pilar.
"Esto lo puede parar esta señora. Si se va, dejo la huelga de hambre. Si es tan humana y caritativa, que piense que mi vida está en sus manos y que mi hijo le echó una mano al suyo", ha añadido.
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