Gloria al portadista: la icónica cubierta de 'Blackwater' convierte en estrella al ilustrador Pedro Oyarbide

Gloria al portadista: la icónica cubierta de 'Blackwater' convierte en estrella al ilustrador Pedro Oyarbide

Al ilustrador Pedro Oyarbide (Madrid, 1988) le han pasado cosas extrañas estos últimos tres años. Por ejemplo: "A veces me llega gente que me dice: 'Es que mi sobrina es súper fan tuya'". O esto otro: "En la Feria del Libro de Turín había una cola de unas dos horas para que les firmara. En la vida podía imaginarlo". Y entonces el autor se repliega abrumado por sacar ese recuerdo a flote: "Yo no esperaría por mí todo ese tiempo; ni por mí ni por nadie, la verdad".

La popularidad le ha llegado superada la treintena, tras una carrera considerándose un ilustrador "comercial" que pone su talento al servicio de la publicidad, casi siempre al otro lado del Atlántico: etiquetas para la cerveza Miller, marcas y eventos deportivos como Nike, la NFL o la NBA. Instalado en Valencia –"vinimos aquí desde Madrid cuando nació nuestro hijo", señala–, en 2022 le llegó una llamada que lo cambió todo, aunque nadie podía intuirlo entonces: un editor francés quería rescatar una saga literaria olvidada de un autor del que no demasiada gente había oído hablar, y quería que Oyarbide diseñara la portada.

Todo lo que ha ocurrido desde entonces con el fenómeno Blackwater constituye un pequeño gran milagro que ha volado por los aires las expectativas de quienes estuvieron en su génesis, por muy afilada que tuviera la intuición el editor: más de tres millones de ventas en toda Europa, más de 700.000 ejemplares en España desde que Blackie Books lo editara el año pasado.

Blackwater, de Michael McDowell. (Blackie Books)Blackwater, de Michael McDowell. (Blackie Books) Blackwater, de Michael McDowell. (Blackie Books)

El editor que realizó aquella extraña llamada a Oyarbide es Dominique Bordes, del sello Monsieur Toussaint Louverture. Le contó lo que se ha convertido en un mito tras el éxito del título: que había adquirido los derechos de una saga familiar con elementos de terror de un autor norteamericano ya fallecido, Michael McDowell, muy poco conocido en Europa y en cuya trayectoria titilan hitos cinematográficos, como el guion de Beetlejuice y de Pesadilla antes de Navidad.

Oyarbide nunca antes se había ocupado de la cubierta de un libro. "Bordes seguía el trabajo que he hecho durante muchos años ilustrando barajas de póker para diferentes marcas. Era muy fan, las había ido comprando", recuerda de aquel primer contacto. El editor le transmitió que quería que las portadas de los seis volúmenes de la saga recordaran a esas barajas de cartas llenas de detalles, como códices medievales, que había coleccionado.

"La idea era que fueran imágenes muy ornamentadas, como las portadas del libro victoriano, con mucho dorado, mucho relieve, muchos marcos, detalles, que el libro fuera casi un objeto de colección", explica el portadista. Él se fijó en su propio panteón de ilustradores decimonónicos, como Aubrey Persley o Willy Pogany, de quien tiene carpetas llenas de imágenes y sumó un toque contemporáneo, cercano al cómic, y fue trufando los marcos con guiños gráficos a la trama de cada entrega.

Álex Zahinos. Valencia

Como en las barajas de póker, cada volumen de la serie debía tener su propia personalidad. "No comparten tipografías, ni títulos, ni todas tienen los mismos colores, ni los mismos marcos. Los seis libros son completamente diferentes, solo se mantiene que hay dos colores base: el dorado y el negro", desarrolla el autor.

A Bordes le entusiasmaron los bocetos de Oyarbide, quien no imaginaba la dimensión que alcanzaría su obra, aunque el editor, recuerda, le había dado señales de ambición con el proyecto: "En el pasado me habían propuesto hacer portadas, pero con presupuestos bajos. Ya en ese punto, Dominique me demostró que quería hacer algo grande. Yo pensé que vendería 5.000 ejemplares, pero tiene mucha visión, lo demostró también con la campaña de promoción o la estrategia de publicarlo por entregas".

Habían diseñado un libro objeto de colección con una peculiaridad: se trata de libros de bolsillo, con un precio popular. La fórmula tuvo una respuesta desorbitada en Francia. Editoriales de otros países se lanzaron a un tren desbocado. En Italia Neri Pozza, en España Blackie Books. En ambos tomaron la misma decisión: aquella portada formaba parte del fenómeno, no había nada que variar. En las redes sociales ya hacía meses que se habían preguntado quién estaba detrás de las ilustraciones y, a falta del autor del texto, Pedro Oyarbide acabó convirtiéndose en embajador de la obra en las ferias del libro, donde se formaban colas kilométricas para conseguir un exlibris estampado del artista.

"Me siento un poco impostor", se encoge el ilustrador. Si no es el autor de la obra, sí puede considerarse corresponsable del fenómeno que ha supuesto Blackwater. Prueba de ello es la respuesta que tuvo su llamada a recaudar fondos para los afectados por la DANA, cuando lanzó una lámina que versionaba una de las portadas de la saga con referencias a la catástrofe de Valencia. Cada lámina se vendía a 50 €: recaudó más de 100.000, que fueron donados a Fundació Horta Sud.

El sello Oyarbide: de 'Blackwater' a 'El Principito'

"Nos pareció muy curioso que las portadas de un fenómeno tan singular y que estalla en Francia fueran obra de un artista madrileño afincado en Valencia", apunta Irene García Vigil, editora de Lunwerg, referencia en el libro ilustrado en España. Así comienza la segunda parte de esta historia, en la que Oyarbide, quien hasta hace tres años nunca había tenido contacto con el mundo editorial, se ha convertido en una firma cotizada.

En primer lugar, porque su diseño de portada ha quedado unido a la obra de McDowell y las editoriales que lanzaron Blackwater han adquirido los derechos de más bibliografía del autor norteamericano. La francesa Monsieur Toussaint Louverture ya ha publicado dos nuevos títulos que lucen fachada del ilustrador, siguiendo el estilo de la saga.

Pedro Oyarbide, autor del diseño de las portadas de 'Blackwater'. (Pedro Oyarbide)Pedro Oyarbide, autor del diseño de las portadas de 'Blackwater'. (Pedro Oyarbide) Pedro Oyarbide, autor del diseño de las portadas de 'Blackwater'. (Pedro Oyarbide)

Además, la saga sigue abriéndose camino en nuevos países: Portugal, Brasil, Reino Unido junto a toda la Commonwealth, en este caso con la poderosa Penguin Random House. En todos estos países se ha mantenido la portada de Oyarbide, también en Latinoamérica, donde llegará también de la mano de Blackie Books.

Y faltaba el paso más allá: llevar el sello del autor a otros mundos, alejados del origen de su éxito. En este sentido, Blackie Books acaba de editar un clásico como la Divina Comedia de Dante con portada de Oyarbide. En Lunwerg fueron más allá: "En nuestro catálogo tenemos a los ilustradores más talentosos y reputados del país, como Ricardo Cavolo, David de las Heras, Esther Gili, y un largo etcétera. Y pensamos que, como ellos, Pedro se ocupara de ilustrar íntegramente un clásico: portada e interiores", apunta García Vigil.

El propio Oyarbide propuso El Principito, cuyos derechos entran en dominio público este mismo año. "La calidad de su trabajo es la condición que propicia todo lo demás, y que su estilo haya calado a tantos los lectores permite que este libro les llegue de manera más directa", responde la editora, apuntando que la promoción pondrá el acento en el ilustrador y "en lo singular de la reinterpretación de esta obra, acercándose a El Principito desde una mirada distinta". La obra, para la cual han dejado libertad absoluta al autor, cuenta la editora, sin la premisa que replicar elementos de Blackwater, verá la luz el próximo mes de mayo.

En otros encargos sí que esperan ahora que se reconozca el estilo que ha lanzado su popularidad y el autor se lo toma con deportividad. Al fin y al cabo, adaptarse a las coordenadas del cliente es lo que ha hecho hasta ahora. Reconoce que le gustaría tomar un enfoque más autoral, más artístico, de su trabajo, pero las marcas –donde su estilo se diluye y su firma desaparece– siguen llamando a su puerta con insistencia y las ventas masivas de la saga le han hecho popular pero no millonario. "Me lo preguntan algunas veces, pero por la portada no hay royalties", recuerda el ilustrador que posiblemente más cubiertas de libro ha vendido y firmado el último año.



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