La justicia es lenta en España. A veces, demasiado lenta. Y, por si fuera poco, los juzgados están atascados porque hay pocos jueces para tantos juicios. Eso es lo que piensa el exmagistrado Jorge Maza, jubilado de la judicatura, pero en activo en la abogacía. El último Informe del Estado de derecho 2024, de la Fundación Hay Derecho, determina que España "es uno de los países europeos con menos número de jueces por habitante: 11,9 jueces por cada 100.000 habitantes, según los datos del Consejo General del Poder Judicial, cuando la media europea está en 22". España es el quinto país, empezando por la cola, en número de jueces por cada 100.000 habitantes. Solo tienen menos Irlanda, Dinamarca, Malta y Francia.
Paralelamente, según las encuestas del CIS, la Administración de justicia es el servicio público peor valorado, aunque los sondeos del CGPJ apuntan a que "la percepción del sistema judicial es bastante mejor si se pregunta a los que han tenido una experiencia directa con los juzgados y los tribunales: el 81% valoran positivamente la imparcialidad del juez y el 80%, la preparación y competencia de los jueces", según la última encuesta de Metroscopia. Pero el gran problema está en que en los despachos judiciales se amontonan más de 4 millones de asuntos pendientes y se van acumulando unos 250.000 cada año, porque no se pueden absorber tantos pleitos: solo el último ejercicio, los asuntos pendientes crecieron el 17%.
¿Por qué esta acumulación de casos ocurre en España mientras que en otros países, como Alemania, los casos van bajando año tras año? "Los casos llegan desmenuzados por los equipos que median antes con las partes. Aquí se deja todo ese trabajo al juez", subraya Jorge Maza a El Confidencial. Curiosamente, ante el déficit de jueces, nos encontramos con demasiados abogados en la justicia ibérica. "Solo en Cataluña hay tantos abogados como en toda Francia. Es excesivo".
"No es un juicio alternativo"
La ley deja resquicios a utilizar medidas contra la acumulación de asuntos en los juzgados, especialmente en los de ámbito laboral, empresarial, civil o familiar. En este sobrecargado sector, cualquier herramienta es bienvenida. Y en los juzgados, una de las herramientas a utilizar es la mediación. "En los países anglosajones se utiliza un método que consiste en una mediación, aunque diferente que en España".
"La mediación es un boom, pero quienes se llevan la palma son los países anglosajones, que tienen una mentalidad de pactar", explica Maza. El exjuez pasó por Austria y Alemania antes de recalar en un juzgado familiar de Barcelona, donde ejerció durante más de 25 años en la misma especialidad. "Hay una distancia brutal entre la justicia alemana y la española. En Barcelona, por ejemplo, hay 8 juzgados de familia, cuando solo en Berlín hay 60. Necesitamos desatascar los juzgados españoles", subraya. En Salzburgo, un juez puede dictar 2 o 3 sentencias anuales, una nimiedad para las más de 1.500 de un juez barcelonés.
Su dilatada experiencia le ha proporcionado herramientas para intentar suplir las deficiencias de la justicia y la falta de efectivos en nuestro país. Así es como ha llegado a diseñar un método con el fin de desahogar los juzgados españoles: 'el mini-trial'. Se trata de un ‘minijuicio’ alternativo que se utiliza en Canadá, Estados Unidos y otros países anglosajones "para resolver disputas legales en campos del Derecho tan diferentes como entre empresas, o en los juzgados de familia".
"No es un juicio alternativo a espaldas de los jueces. Es poner encima de la mesa lo que podría pasar en un juicio para que las partes no pierdan el tiempo. Actualmente, hay mediación judicial en España, pero en ella no están presentes los abogados de las partes. Es una cosa distinta", relata el exmagistrado.
Partiendo de esa premisa, el sistema de 'minijuicios' anglosajón se hace con diferentes premisas que la mediación española. "Esto es algo diferente. En el 'mini trial', las partes se presentan con sus abogados. Y el mediador, una persona de reconocido prestigio y que usualmente ha sido magistrado, explica los pros y los contras del pleito para que sepan lo que puede pasar. Le puede decir a una parte, por ejemplo, que es una barbaridad lo que pide y lo que le dictará, con mucha probabilidad, el juez si llega a juicio. De ese modo, se ahorran los malos tragos de una audiencia judicial, se ahorra tiempo y dinero y se solventan los pleitos con menos tensión. Es muy fácil hacer un 'mini trial' y en cosa de pocos minutos, el conflicto puede estar solucionado el tema", explica Maza a El Confidencial.
El arte de escuchar a la gente
El perfil de este 'minijuicio' es similar al de un juicio civil, aunque simplificado. Se hace un resumen del conflicto por parte de cada abogado, la presentación de pruebas, básicamente documental, y se realizan las recomendaciones finales. Pero hay diálogo con las partes. Las sesiones suelen ser cortas, aunque se pueden adaptar temporalmente, alargar o fraccionar para recabar informes técnicos, por ejemplo.
Jorge Maza explica que "en el 'mini-trial', al estar presentes los abogados, las partes se sienten arropadas. Además, el equipo que interviene es ajeno al juzgado", añade el exmagistrado. Las sesiones no se graban. Tampoco se toman notas. Todo es secreto hasta que se llega a un borrador de acuerdo. Y si hay acuerdo entre las partes, se elabora el documento final, que las partes firman, y se zanja el pleito. Además, al ser confidencial y no vinculante, puede incluso llevarse a cabo a raíz de la suspensión de un juicio formal para reconsiderar posturas.
El auge de la mediación: resolviendo los conflictos sin pasar por el juzgado
Miguel Ayuso
¿Y cómo se elige ese equipo de intervención? "Puede ser a través del Colegio de Abogados, por ejemplo. La institución puede designar a magistrados, psicólogos o abogados para que cumplan esa función. En marzo de 2023, se aprobó la ley que incluye medidas de eficiencia judicial y en la que se articulan los MASC, los mecanismos alternativos, de conciliación privada, que cuentan con la opinión de expertos independientes. El 'mini-trial' entraría en este apartado y se podría determinar que el equipo es pagado a medias a través del colegio. La Administración debería entender que éste es un buen sistema que puede descongestionar los juzgados".
Maza subraya que "a la gente le cuesta menos, porque no se pagan tasas judiciales. Yo he ensayado algunos ejemplos en juzgados de familia con resultados excelentes". La implantación de un método como el 'mini juicio' no sería muy difícil. "En España, los juzgados no tenían mediadores, sino solo una oficina donde se aconsejaba la mediación, aunque desde hace un tiempo se exige que haya una mediación previa para intentar llegar a un acuerdo. El 'minijuicio' no sería obligatorio, sino un pacto o ensayo, un servicio de un especialista. Este tipo de actuación hace que la gente se sienta escuchada y se le da protagonismo, no como en un juicio. Eso lo aprendí de la experiencia. A lo largo de mi carrera, he oído muchas veces cómo la gente se queja de que no se la escucha. Por eso, yo hablaba mucho con las partes, con la gente, porque el ciudadano se ha de sentir escuchado".
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}